Will Smith es una figura que ha acompañado a más de una generación desde los años 90 del siglo pasado, cuando se hizo mundialmente famoso por su papel protagonista en televisión como El príncipe de Bel-Air, que a su vez sirvió de impulso a su carrera musical y a su salto al cine, donde ha tenido una trayectoria destacada, aunque no exenta de polémica.
Will Smith es un actor que además tiene una intensa relación con España, donde ha pasado vacaciones, participado en diferentes eventos y en programas de televisión. Hay que recordar que no ha dudado en manifestar su amor por la cultura y el pueblo españoles, y hasta su interés por aprender el idioma.
Grandes éxitos y grandes fracasos
Con poco más de 30 largometrajes, 20 de los cuales han acumulado ganancias en taquilla superiores a los 100 millones de dólares, un premio Oscar como mejor actor, por King Richard, y un par de nominaciones más por su trabajo en Ali y En busca de la felicidad, se diría que Smith ha tenido una carrera envidiable.
Pero no ha estado libre de errores, de grandes fracasos y desaciertos. En 1996, el actor rechazó hacer el papel de Neo en Matrix (1999), que finalmente haría de forma inolvidable Keanu Reeves, y eligió hacer Wild Wild West, estrenada también el mismo año que Matrix y uno de los mayores fracasos de su carrera.
Ciertamente, participó en dos franquicias exitosas, Men in Black y Bad Boys, y en varias películas notables de ciencia ficción, como Soy leyenda y Yo, robot.
Actualmente permanece en la memoria del público por un gran desacierto cometido durante la entrega de los Oscars en 2022: haber abofeteado al comediante Chris Rock, que actuaba como presentador, por haberse burlado de la alopecia de su esposa, Jada Pinkett Smith.
Los tres grandes errores de Will Smith
Otro gran fracaso cinematográfico, compartido con su hijo, Jaden Smith, fue Después de la Tierra (2013), pero el actor ha recordado en tiempos recientes tres grandes errores que cometió durante su carrera y que tienen que ver con películas en las que decidió no participar.
La primera ya la mencionamos, hacer el papel de Neo en Matrix. Las hermanas Wachowski le ofrecieron el papel, pero el actor no terminó de entender la visión de las directoras, que parecían más interesadas en el estilo de contar la historia, que en la historia en sí, por lo que terminó rechazando el papel.
En años posteriores y en varias ocasiones, el actor reconoció que no había madurado lo suficiente como actor y que probablemente no le hubiera ido tan bien en el papel de Neo como a Keanu Reeves.
El segundo error fue no haber aceptado participar en Origen (Inception, 2010), de Cristopher Nolan, que le ofreció el papel antes que a Leonardo di Caprio. Esto es lo que comentó al respecto en una entrevista en la radio Kiss Xtra:
“Chris Nolan me ofreció Inception primero y no lo entendí. Nunca lo había dicho en voz alta. Ahora que lo pienso, esas películas que se meten en realidades alternativas… no se pueden vender bien”. Algo parecido a lo que le sucedió con Matrix.
Y el tercer error no deja de sorprender, porque se trata de un papel para el que parecía destinado, y es el de Django en la película de Quentin Tarantino, Django desencadenado (2012).
“Para mí, es la historia perfecta: un hombre que aprende a matar para recuperar a su esposa que ha sido esclavizada. Esa idea es perfecta. Pero simplemente Quentin y yo no nos entendimos. Quería hacer esa película con todas mis fuerzas, pero sentía que la única forma era que fuera una historia de amor, no de venganza”.