Hasta hace poco, la principal razón por la que los vehículos podían suspender la ITV, o tener una ITV negativa, era por problemas en el sistema de luces o de señalización, tales como bombillas quemadas o faros en mal estado. Sin embargo, esto ha cambiado en los últimos meses, al menos en los centros ITV ubicados en la Comunidad de Madrid. En ellos hasta un 28,8% de los defectos graves que se detectan en estas revisiones técnicas están relacionadas con la emisión de gases contaminantes por encima de los valores permitidos.
La Inspección Técnica de Vehículos es un trámite obligatorio para todos los vehículos de motor que se desplazan por las redes viales, y no aprobar la revisión obliga a los conductores, o debería obligarlos, a llevar el coche directamente a un taller y reparar los fallos. Para después presentar el vehículo nuevamente en un centro ITV.
Las emisiones contaminantes y la ITV
De acuerdo con la Asociación de Entidades para La Inspección de Vehículos de la Comunidad de Madrid, AEMA-ITV, en octubre casi un 30% de los fallos detectados considerados graves y que fueron causa de suspensión en una primera inspección, se debieron a la emisión de gases por encima de los niveles que permite la ley. Y ello incluso en vehículos que por su antigüedad no están obligados a cumplir con las normativas ambientales que sí se exigen a los coches de motor de combustión matriculados después del 2001 (gasolina) y del 2006 (diésel).
Una explicación que ofrecen los voceros de AEMA-ITV para este desplazamiento de los fallos tradicionales por la de emisión de gases, es que, en el caso de las luces, los frenos y otros problemas que puede presentar un vehículo, las averías son visibles o fáciles de detectar. En cambio, es difícil para un conductor saber si su coche está produciendo más gases contaminantes de los que usualmente se permiten.
Cómo son las pruebas de emisión de gases
Los técnicos de la ITV realizan dos tipos de revisiones: una visual, o directa, y otra mecanizada, utilizando medidores de gases. Con el coche en funcionamiento, se presta especial atención al escape, que no haya fugas, y que el sistema de control de emisiones no haya sido manipulado (lo que puede ser motivo de suspensión inmediata).
La otra revisión, en el caso de los coches con motor de gasolina, se hace midiendo la concentración de monóxido de carbono, verificando que este no se encuentre por encima de los límites permitidos. En cuanto a los vehículos con motores diésel, se mide la opacidad de los gases que salen por el escape. Cuanto más oscuros sean los gases, mayor será la cantidad de partículas contaminantes que transporta.
Quiénes siguen en el ranking de fallos detectados en las ITV
Aunque perdieron el primer lugar que tuvieron en octubre, los fallos en el sistema de luces y señalización continuaron siendo las más importantes después de los altos niveles de emisión de gases contaminantes. Las reparaciones en este sentido alcanzaron un 27%, menos de dos puntos por debajo del primer lugar (28,8%). Y esto a pesar de tratarse de problemas que un conductor puede detectar a simple vista, como puede ser un faro con bombillas fundidas o una señal que no funciona.
Y el tercer lugar en fallos graves fue ocupado, con un 18,4% del total de casos, por las malas condiciones en el sistema de suspensión, los ejes y los neumáticos.
Porcentaje de coches suspendidos
Algunos portavoces de AEMA-ITV también informaron que alrededor del 17% de los vehículos que se presentaron a revisión resultaron suspendidos. Estaríamos hablando de casi 1 por cada 5 vehículos. A lo que hay que agregar que 3 de cada 10 vehículos que deben presentarse a la ITV no lo hacen.
