Hay personas afortunadas en cuanto al cabello se refiere: pueden estar varios días sin lavarlo y permanece brillante y con un aspecto saludable, mientras otras personas que se lavan el pelo religiosamente y hacen todo para mantenerlo sano, un par de horas después de salir del baño parecen tener el cabello sucio. Es casi seguro que nosotros pertenecemos al segundo grupo.
El cabello se puede ensuciar rápidamente por razones ambientales, porque en la ciudad donde vivimos hay mucha contaminación o porque al lado están construyendo un edificio. Sin embargo, el aspecto sucio y opaco también puede deberse a que estamos usando el producto equivocado para nuestro tipo de cabello.
Elegir los productos correctos
La gran variedad de champús, acondicionadores y otros productos para el cabello tiene una explicación sencilla: no todos los cabellos son iguales y debemos encontrar los que sirven para nuestro tipo de cabello. El error más frecuente es elegir el champú de acuerdo con las características externas de nuestro cabello, las medias y las puntas, cuando debemos hacerlo teniendo en cuenta el estado de nuestras raíces.
Qué significa esto: que si tenemos el cabello seco no nos corresponde elegir un champú nutritivo, para hidratar el cabello, sino uno purificante, que vaya directo a la raíz, y utilizar acondicionadores hidratantes dirigidos al resto del pelo. Es importante conocer qué clase de cabello tenemos para saber cómo tratarlo; para ello podemos apoyarnos en varios test y tutoriales que podemos encontrar en internet, acudir a nuestra estilista de confianza o asesorarnos con otros profesionales.
Usar la cantidad adecuada de champú
Otro error común que cometemos al lavarnos el cabello y que tiene resultados contraproducentes es usar demasiado champú. Esa tendencia se da porque queremos cubrir todo el pelo, pero el champú debe aplicarse sobre todo en las raíces, para que elimine la grasa y limpie el cuero cabelludo. El exceso de champú produce resequedad y elimina los aceites naturales que protegen el cabello.
La manera correcta de usar el champú es tomar una pequeña cantidad y enfocarnos en el cuero cabelludo; masajear con las yemas de los dedos, para remover la grasa y el polvo, y dejar que la espuma que resbala por el cabello limpie las medias y las puntas.
Otras recomendaciones para mantener limpio el pelo
Hay que lavarse el cabello regularmente, pero sin exagerar, y dependiendo de cómo sea nuestro día a día. Si trabajamos en espacios donde exponemos el cabello a humo y polvo es probable que debamos lavarlo dos veces por semana; pero si trabajamos en casa o en una oficina con una vez a la semana debería bastar. Las únicas personas que deben lavarse el cabello todos los días son las que lo tienen demasiado grasoso o trabajan en condiciones extremas; el resto, si nuestro cabello es saludable, con una o dos veces semanales será suficiente.
Al lavarnos el pelo, hacerlo preferiblemente con agua fría. El agua caliente activa las glándulas sebáceas y aumenta la producción de grasa, haciendo que el pelo se ensucie más rápido. Otro aspecto al que debemos prestar atención es cuando enjuagamos el cabello, que no queden restos del champú, del acondicionador o de cualquier otro producto capilar que utilicemos. Un buen aclarado garantiza un cabello más limpio por más tiempo.
Por último, debemos evitar lavarnos el cabello de noche, y si lo vamos a hacer secarlo bien antes de acostarnos. Si nos acostamos con el cabello mojado, va a recoger todo el polvo y la pelusa que haya en la almohada, y al día siguiente el cabello no va a lucir tan limpio como desearía.
