Tesla, la empresa de automóviles dirigida por el multimillonario Elon Musk, que a partir de enero será codirector del Departamento de Eficiencia Gubernamental en el nuevo gobierno de Donald Trump, ha liderado por mucho tiempo el mercado mundial de coches eléctricos. Sin embargo, se trata de un liderazgo que se ve cada vez más amenazado por marcas chinas que no han dejado de crecer, y que en 2023 desplazaron en volumen de ventas a los modelos eléctricos europeos.
Son marcas que dominan el mercado chino y que están a punto de entrar y arrasar en los mercados europeo y estadounidense, o al menos esa es la manera como son percibidas por Elon Musk: como una verdadera amenaza.
Recientemente este empresario declaró a través de la red social X, que también le pertenece, que el futuro ya es de los coches eléctricos, y que usar los convencionales será tan raro como “montar a caballo mientras se usa un teléfono plegable”. Junto con ello, también parece estar preocupado por el país de origen al que pertenecerán esos coches eléctricos que serán dueños del mercado, ya que todo parece indicar que podría ser China.
¿Qué dicen Musk y otros CEO de la industria automovilística?
La industria automotriz de este gigante asiático no deja de crecer y mejorar, aunque ya empieza a sufrir limitaciones y regulaciones por parte del gobierno chino, que la han llevado a poner la vista en Europa. Para Elon Musk, un empresario que se ha beneficiado desde hace muchos años de las ventajas ofrecidas por China a la industria global, los fabricantes chinos de coches eléctricos se han convertido en un verdadero “peligro amarillo” para la industria de automóviles estadounidense y europea, y deberían ser contenidos a través de medidas arancelarias, para evitar que arrasen con el mercado.
Según Musk, las empresas de coches eléctricos chinos son “extremadamente buenas”, y no han dejado de crecer y de mejorar en aspectos claves como innovación tecnológica, costos de producción y competitividad. Por estos datos afirma que, si no se ponen barreras comerciales, las marcas chinas “demolerán” el mercado internacional. Y es cierto: los modelos eléctricos chinos son notablemente más baratos que sus equivalentes europeos y norteamericanos, y exhiben cada vez más una mayor calidad técnica.
Musk no es el único empresario preocupado por el avance chino en esta materia, también Carlos Tavares, CEO de Stellantis, ha manifestado su preocupación, al declarar que “mi principal competidor son los fabricantes de automóviles chinos”. Para Tavares, las marcas chinas son un verdadero desafío global, que debe ser enfrentado haciendo las marcas europeas más innovadoras y competitivas.
España y las barreras arancelarias
Estados Unidos y Europa están adoptando medidas para contener el avance de las marcas chinas, que van desde establecer nuevos aranceles hasta eliminar subsidios. Francia, por ejemplo, ha excluido de las ayudas estatales los vehículos que vengan fuera de Europa, y la Unión Europea está imponiendo impuestos a los coches chinos para compensar y responder a lo que consideran competencia desleal del gobierno chino.
La política española al respecto no coincide con la del país vecino o con la de la Unión Europea: el gobierno mantiene las ayudas del Plan Moves III, para la adquisición de coches eléctricos, sin excluir las marcas chinas.
Por otro lado, Tesla y Stellantis están dispuestas a responder al desafío chino desarrollando vehículos más atractivos y que sean económicamente competitivos, como el Citroën ë-C3 y el Fiat Panda eléctrico, y un modelo más económico que Tesla espera poner en el mercado el próximo año.
