Desde su origen en 2003, Tesla ha logrado posicionarse como una de las marcas más influyentes y prestigiosas dentro de la industria automotriz. Fue fundada con una visión de acelerar la transición del mundo hacia una energía sostenible.
Con esta meta, más una fuerte inversión y mucha capacidad de técnicos desarrolladores, la compañía se ha convertido en sinónimo de innovación tecnológica, diseño de vanguardia y renovación en el sector de los vehículos eléctricos.
Sus modelos marcaron un antes y un después, al demostrar que un auto eléctrico podía ser rápido y elegante.
Sin duda un factor clave para la evolución de Tesla fue el carisma de su CEO, Elon Musk, que supo generar esa imagen de empresa audaz y futurista. A través de anuncios ambiciosos, de presentaciones espectaculares y de una presencia constante en los medios, Elon mantuvo a Tesla en el centro de la atención Pública.
La burbuja del éxito de Tesla está pinchado
Así como Elon Musk supo llevar a Tesla a la cúspide del sector, en estos meses del 2025 ha provocado una caída vertiginosa. Esa especie de burbuja del empresario perfecto, que piensa en el ambiente y en la renovación, y que da trabajo a mucha gente en el mundo, se desinfló de golpe cuando Musk fue reconocido como figura destacada en el nuevo gobierno de Donald Trump.
El empresario ha asumido un rol político al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental. Desde su cargo ha impulsado recortes masivos en la administración pública.
Además, en X ha expresado opiniones sobre temas sociales, políticos que han generado reacciones algunas muy negativas. Su estilo provocador ha hecho que muchas personas asocien sus posturas con la imagen corporativa de Tesla.
En el mercado actual, cada vez más competitivo y polarizado, las decisiones de compra se ven influenciadas no solo por las prestaciones del producto sino también por los valores de la marca. En este sentido, la figura de Elon Musk representa un riesgo para la imagen y la aceptación global de Tesla.
¿Qué dice la empresa?
La empresa reconoce que la actividad política de Musk ha impactado en la demanda de sus automóviles. En su informe financiero expresa que este factor está afectando el comportamiento de los consumidores.
El primer trimestre del 2025 muestra resultados comprometedores para la empresa. Se ha registrado un 71% en las ganancias netas respecto del primer trimestre del 2024. Este porcentaje se traduce en 409 millones de dólares.
Las ventas de los Tesla cayeron un 13%. Esto obligó a Tesla a ajustar precios a la baja para sostener la empresa. Menos ventas, menor rentabilidad por coche vendido, equivalen a pérdidas en las ganancias. Ha crecido la preocupación entre los inversores y el valor de las acciones en la bolsa a caído.
Este descenso se produce en un contexto donde el mercado europeo de vehículos eléctricos ha experimentado un crecimiento. Ha aumentado un 17% en las matriculaciones en marzo. Sin embargo, la cuota de mercado de Tesla ha caído.
Los analistas entienden que el deterioro de las cuentas de Tesla coincide con la euforia política de Elon Musk, que provoca un acentuado desgaste reputacional.
Otros enemigos que enfrenta Tesla
La visibilidad política de su CEO Elon Musk se considera un motivo de la caída de la empresa. Pero indudablemente hay otros factores que inciden con un peso significativo.
Uno de ellos es la competencia, que no da tregua. En Europa, varios fabricantes han lanzado modelos eléctricos con prestaciones avanzadas. BYD, la marca china, ha superado a Tesla en volumen de ventas, ofreciendo aplicaciones tecnológicas de última generación.
Pero también hay factores inherentes a la empresa misma, a la que se le critica la lentitud en renovar su catálogo. Por ejemplo, la promesa de un modelo más económico no se concreta. Y los usuarios se desilusionan.
La caída de 37% en la bolsa y el comportamiento de Musk, ponen el futuro de Tesla en un terreno de incertidumbres.