Durante varios siglos, el Imperio español movilizó una gran riqueza a través de los océanos Pacífico y Atlántico, un flujo que no solo benefició a España sino también al resto de Europa. teniendo en cuenta que la participación no siempre fuera solicitada o deseada, o se produjera de forma amistosa. Una gran parte de esa riqueza todavía se encuentra en el fondo del mar; se ha calculado en unos 100.000 millones de euros, debido a más de 1.500 naufragios sufridos por la Armada española. Se sabe que hoy en día son parte del patrimonio histórico de la humanidad, gracias a un convenio que promueve la Unesco, con el que no todos están de acuerdo.
Una batalla “ilegal” que condujo a un juicio 200 años después del naufragio
En 1804, España e Inglaterra estaban en uno de esos raros períodos de paz, en parte a causa de la creciente amenaza de Napoleón Bonaparte y de una Francia que quería convertirse en imperio. Sin embargo, esta paz forzada no fue obstáculo para que una flota inglesa atacara 4 barcos españoles provenientes del Nuevo Mundo, cerca del estrecho de Gibraltar.
El 5 de octubre de 1804, a la altura del Cabo de Santa María, una flotilla española integrada por las fragatas Nuestra Señora de las Mercedes, Fama, Medea y Clara, se topó con una flotilla inglesa comandada por el vicealmirante Graham Moore, a bordo del Infatigable. Los ingleses intentaron que los españoles se rindieran, y al estos negarse abrieron fuego, acertando de lleno en el polvorín de Nuestra Señora de las Mercedes, que estalló y se fue a pique. Lo que provocó la muerte de 275 personas, y la rendición del resto de los barcos.
El barco hundido venía cargado desde el puerto de El Callao con oro, plata, estaño, cobre, cacao en rama, quina y lanas de vicuña, que permanecieron a más de 1.100 metros de profundidad en el golfo de Cádiz, hasta que fueron descubiertos por cazadores de tesoros en 2007. Ese año, la empresa estadounidense de “cazatesoros” Odyssey Marine Exploration sacó a la superficie más de 590.000 monedas de plata y oro y otros objetos que fueron llevados a Estados Unidos, por un valor aproximado de 400 millones de euros.
Esto dio pie a una serie de juicios entablados por el Estado español para recuperar el tesoro, e impedir que el sitio del naufragio continuara siendo saqueado.
El tesoro recuperado de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes
La empresa cazatesoros intentó hacer creer a los tribunales que se trataba de un cargamento perteneciente a un barco inglés, el H.M. Sussex, pero se pudo confirmar que se trataba de la carga de Nuestra Señora de las Mercedes, y que los norteamericanos lo supieron todo el tiempo. Tras varios años de litigio, el tesoro regresó a España en febrero de 2012 y desde entonces está pasando por un delicado proceso de investigación y restauración. En realidad ya hay una muestra de las monedas y otros objetos del naufragio puestos en exhibición en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática, en Cartagena.
Este museo ha realizado varias campañas arqueológicas en el sitio del naufragio desde 2015, con el apoyo de la Armada y del Instituto Español de Oceanografía, para recuperar otros objetos y constatar las condiciones en las que quedó el sitio después de la extracción realizada por la empresa estadounidense.
En las exploraciones se pudo verificar que el método utilizado por Odyssey Marine Exploration causó graves daños a los restos del naufragio. Tal y como señala Xavier Nieto, director del Museo de Cartagena, “Lo que hizo Odyssey fue como destruir una catedral gótica con un buldozer para quedarse con las estatuas”.
