La baja laboral es una conquista de los trabajadores con la que no se debe jugar ni hacer trampa, porque de ese modo estamos burlándonos de un logro del que todavía no disfrutan millones de trabajadores en el mundo, y porque además puede ser motivo, muy justificado, de despido disciplinario. Como de todo hay en la viña del Señor, no es infrecuente que algunos empleados simulen estar lesionados, o aprovechen lesiones reales, para solicitar la baja y utilizar ese tiempo en otras actividades que nada tienen que ver con la convalecencia o la recuperación.
Baja por una lesión real, pero sospechosa
Lo que sigue a continuación podría ser el argumento de otra continuación de Ocho apellidos vascos (2014), pero en realidad se trata de una historia real y laboral, con algo de comedia, detectives y un final más bien trágico para su protagonista, Carmen, que naturalmente no es su nombre real. Carmen era empleada en una clínica de fisioterapia en Bilbao, y tenía una lesión diagnosticada en el menisco, lo que hacía que dos o tres veces al año solicitara la baja por unos cuantos días.
Aunque la lesión era real, al gerente de la clínica no dejó de llamarle la atención que fuera justamente en mayo, y coincidiese con el cumpleaños del marido de Carmen. “Llegaba mayo y se cogía la baja”, afirmó el gerente, por lo que al aproximarse de nuevo este mes decidió hacer algo para confirmar sus sospechas: contratar un investigador privado.
Quizás les sorprenda saber que los detectives privados están viviendo un renacimiento, y no es porque haya más homicidios sin resolver, o más divorcios escandalosos, sino porque se ha puesto de moda entre los patrones y las oficinas de recursos humanos el uso de detectives para seguir a empleados de los que se sospecha que están mintiendo o cometiendo alguna clase de fraude.
En este caso, el gerente contactó a una agencia, DRC Detectives, al ver que apenas se aproximaba mayo Carmen solicitaba la baja, pues estaba casi seguro de que “aprovechaba la baja para irse de ocio”. Los detectives comenzaron a vigilar el domicilio de Carmen, y los primeros días todo estuvo tranquilo: “El jueves y el viernes, movimientos normales en Bilbao, pocas salidas de casa”. Pero el sábado se produjo un giro inesperado en la trama.
Intriga en Sevilla
Conocemos esta historia gracias a David Rodrigo, quien se desempeña como director general de DRC Detectives y tiene un pódcast, Operativo criminal. El sábado en la mañana se produjo un movimiento inusual en el domicilio de Carmen, pues salieron ella, su esposo y los dos hijos, con equipaje como para un viaje largo; subieron a un taxi que los llevó al aeropuerto y allí tomaron un vuelo a Sevilla, y allá se alojaron en un piso turístico.
El marido de Carmen, sin sospechar que estaba siendo observado por ojos poco amistosos, subió a su Instagram imágenes de la familia soplando las velas de la tarta en un ambiente que coincidía con la descripción del piso que habían alquilado en Sevilla, lo que ya constituía una prueba importante de que Carmen no estaba recuperándose precisamente de la lesión.
Pero esto no se quedó allí. La celebración fue el domingo y el lunes se desplazaron en coche a Sanlúcar de Barrameda, y aquí la historia pasó a otro nivel: el coche alquilado lo condujo ella y, además, pasaron todo el día en la playa, jugando pelota con sus hijos, arrodillándose en la arena y moviéndose con normalidad.
Todo esto fue debidamente documentado y, cuando Carmen regresó a su trabajo, se encontró con la carta de despido disciplinario. Hay varias lecciones que se desprenden de este caso, y una de ellas, aunque no sea la más importante, es que si le vamos a mentir al empleador debemos mantenernos alejados de las redes sociales, y estar atentos, porque nos pueden estar siguiendo.