Con frecuencia, los casos laborales en los que el empleado se ve enfrentado a la empresa terminan en tribunales, y van escalando hasta llegar al Tribunal Superior de Justicia de cada comunidad, donde no necesariamente se detienen. En la práctica pueden seguir hasta el Tribunal Supremo, si el caso lo necesita. Estos juicios sirven para sentar jurisprudencia y para tratar futuros casos, aunque por lo general a los involucrados lo que les importa es obtener una sentencia favorable, y en algunos casos como el que vamos a ver obtener una indemnización.
El hombre que fue despedido dos veces, de la misma empresa
Antonio, no es el nombre real, comenzó a trabajar en una empresa de la provincia de Huesca, Transcinca S.A, en donde llegó a cumplir funciones como gestor de transporte con ingresos mensuales de 3.238 euros. Todo iba bien entre Antonio y la empresa, hasta que el 8 de noviembre de 2022 solicitó la baja por incapacidad temporal, debido a una cervicalgia.
La cervicalgia es un dolor que se presenta en la nuca y las vértebras cervicales, que puede extenderse al cuello y la cabeza. Puede limitar los movimientos y ser resultado de lesiones o de malas posturas. Siete meses después, en junio de 2023, Antonio extendió la baja por encontrarse bajo tratamiento psicológico, debido a un trastorno en el que se mezclaban ansiedad y depresión. Y seis meses después la empresa procedió a despedirlo, dos veces.
La primera vez fue el 14 de diciembre: Antonio recibió un burofax en el que se anunciaba el fin de la relación laboral por “motivos disciplinarios”. Sin embargo, el 20 recibió una nueva notificación, anunciándole que el despido quedaba anulado; a continuación, 9 días después volvió a recibir otra notificación, anunciando que estaba despedido, otra vez.
La decisión de la justicia en Huesca
Antonio presentó su caso en el Juzgado de lo Social Único de Huesca, donde el 21 de mayo de 2025 el tribunal sentenció a su favor:
“Estimo parcialmente la demanda de despido interpuesta. Por lo que, desestimando la solicitud de nulidad y estimando la solicitud subsidiaria, declaro improcedente el despido, condenando a la empresa a readmitir al actor, o bien que lo indemnice con 46.665 euros”.
Naturalmente, la empresa no quedó contenta con esta decisión y llevó el caso más allá, ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón, donde fue tratado en la Sala de lo Social por los magistrados María José Hernández Vitoria (ponente), José-Enrique mora Mateo y César de Tomás Fanjul. Los abogados de Transcinca S.A. alegaban que no se trató de un doble despido sino de uno solo, el del 29 de diciembre, “que nunca fue impugnado”; por lo tanto, “al impugnarse un despido inexistente, debe declararse la falta de acción”.
El TSJA desestimó esta argumentación, al considerar que el trabajador nunca aceptó reincorporarse al trabajo luego del primer despido. La empresa también intentó alegar que hubo mala fe contractual por parte de Antonio, pues la empresa, utilizando los servicios de un detective privado, lo había “pillado” haciendo ejercicio, cuando se suponía que tenía una incapacidad temporal.
El tribunal también desestimó el argumento, ya que el ejercicio realizado por Antonio no estaba en contradicción con la causa de la baja, y a que tampoco se podía comparar con una jornada laboral. El ejercicio realizado por Antonio consistía en correr de forma moderada, y para los magistrados el mismo no podía afectar el cuadro de ansiedad y depresión por el que estaba pasando el trabajador.
De manera que a la empresa le quedan dos alternativas: reincorporar a Antonio a su puesto de trabajo, o pagar una indemnización de 46.665 euros.