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Despedidas de Primark una empleada y su encargada por hacer esto: el TSJ lo confirma

por Paco Magar
19 de marzo de 2025
Despedidas de Primark una empleada y su encargada por hacer esto: el TSJ lo confirma.

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Los robos en empresas por parte de empleados son una problemática que afecta a muchos negocios, que puede representar pérdidas económicas. Las causas de estos actos pueden estar en factores personales de los empleados, como problemas financieros o insatisfacción personal.

Igualmente hay ocasiones en las que hay falta de controles internos y de supervisión adecuada dentro de la empresa, confirmando aquello de que “La ocasión hace al ladrón”.

La ausencia de sistemas de monitoreo, de auditorías regulares y protocolos claros, facilita la oportunidad para que algunos trabajadores tengan conductas deshonestas.

Este tipo de conductas se manifiestan de diversas formas, desde la sustracción de dinero en efectivo hasta el hurto de producto, materiales de oficina, o incluso información confidencial.

Las sanciones cuando se identifican empleados que roban pueden llegar al despido, pues es considerada una falta muy grave. También es cierto que muchas veces los empleados que cometieron el dolo reclaman y denuncian a la empresa por los más diversos motivos.

Algo así es lo que sucedió en Primark, en la tienda de Tarragona, con dos empleadas. El caso fue muy difundido y llegó a tribunales.

¿Cómo robaron las dos empleadas en Primark?

La estrategia estuvo muy bien planeada por las empleadas. Las dos mujeres se confabularon para comprar productos a precios inferiores a los establecidos.

Una de ellas era supervisora de la otra. En realidad, el robo fue parte de una compra por la que pagaron un precio mucho menor al que correspondía.

En un día como todos, Flora cargó una buena cantidad de productos en la tienda. A la hora de pagar, se dirigió a la caja que estaba destinada a personas con movilidad reducida.

En la caja la esperaba Maribel, la otra empleada ladrona, que supervisaba esa caja. Flora  registró todos los productos en la máquina de autopagos, aunque se cuidó muy bien de marcar el código indicador de compra de empleados.

Inmediatamente, Maribel canceló los registros y se guardó el recibo de la anulación. De esta forma solo pasaron por el registro algunos artículos, mientras que colocó los demás en bolsas, sin pasar por el escáner. De esta manera, el importe de 235 euros que Flora debió pagar se redujo a dos tickets de 21 y 37 euros, es decir a 58 euros.

Después de esta maniobra, Flora salió tranquilamente de la tienda con tres bolsas cargadas de las que había pagado apenas un 25%. Había resultado bien el negocio.

¿Cómo se descubrió el robo?

Primark tiene un sistema de controles que no es fácil de evadir. El error de la estrategia es que Maribel, la supervisora, no tuvo en cuenta que su cargo no la habilitaba para anular cobros ni para realizar otras operaciones en caja sin consultar a su superior. Por su parte, Flora tampoco se había identificado con sus compras.

La investigación de la empresa fue rápida y Maribel y Flora fueron castigadas con un despido disciplinario apenas 7 días después del delito. Pero la cuestión no terminó ahí.

La impugnación y la reclamación de Flora

Flora impugnó el despido con el argumento de que se habían vulnerado sus derechos a la conciliación laboral. Y, además, solicitó una indemnización por los perjuicios que el despido le ocasionó.

En la demanda judicial, Flora solicitó que se declarara nulo o improcedente el despido disciplinario, pues no había tenido a oportunidad de la conciliación laboral. El juzgado social de Tarragona rechazó la demanda de Flora.

Pero Flora no se conformó. Continúo su reclamación presentando un recurso de suplica, insistiendo en la nulidad de la sentencia. Sin embargo, al revisar el caso, el Tribunal confirmó la decisión del juzgado de primera instancia y se mantuvo firme en la sentencia.

El tribunal ratificó la decisión de Primark de despedir a Flora y a Maribel, considerando que su conducta transgredió la buena fe contractual y violó varias normativas de la empresa.

Un caso ejemplificador para calmar las tentaciones.

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