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Descubren que llega tarde a trabajar y que se va antes y es despedida: la justicia intervino y este fue su veredicto

por Paco Magar
24 de septiembre de 2025
La justicia intervino y este fue su veredicto

La justicia intervino y este fue su veredicto

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Dicen que si existiera el trabajo perfecto tendríamos que pagar para poder hacerlo, lo que es una manera de decir que no existe el trabajo soñado, pues generalmente nos pagan para hacerlo. Aunque hay empleos que se aproximan, como el de ser responsable de una sucursal bancaria en un tranquilo pueblo vasco, sin tener compañero y ningún empleado a cargo.

Así era el trabajo que realizaba desde 1999 una mujer de CaixaBank, que se desempeñaba como directora y única responsable de una sucursal en una pequeña localidad del País Vasco. Un trabajo donde ella era la única encargada de la atención a los clientes y de la seguridad, y donde podría haber seguido, feliz, hasta el retiro. No ha sido así.

Los detectives no solo están en las películas

En 2023, en el banco empezaron a notar algunas irregularidades en el horario de esta sucursal: había días en los que parecía activarse más tarde y otros en los que dejaba de estar operativa antes de concluir el horario de atención al público. Para saber con certeza qué era lo que pasaba, CaixaBank decidió utilizar un recurso que normalmente asociamos con casos de divorcio o películas de suspenso: contratar un detective privado para vigilar a la trabajadora.

El investigador siguió a la empleada durante casi un mes y lo que descubrió fue que la empleada no respetaba el horario de trabajo: “En las tres semanas sujetas a revisión, ha iniciado y finalizado su jornada laboral en las horas que se indican a continuación, constatándose así incumplimientos de su horario laboral”, se indica en la carta de despido.

La empleada comenzaba la jornada con retrasos de hasta 59 minutos, y se retiraba de la sucursal hasta 42 minutos antes. En la misma carta se señala que: “Especialmente gravoso resulta el perjuicio ocasionado en determinados días en que su retraso en la incorporación a la oficina ha provocado que algunos clientes deban esperarla en la puerta”.

Como resultado de esta investigación, CaixaBank le aplicó a la empleada un despido disciplinario, es decir, un despido sin indemnización. La empleada, naturalmente llevó su caso a tribunales, y este escaló hasta llegar a la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.

El caso en el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco

La defensa de la empleada presentó un recurso contra el despido y contra la primera sentencia del Juzgado en lo Social basado en dos argumentos: los testimonios de algunos clientes que estaban satisfechos con el desempeño de la empleada, y el derecho a tener una flexibilidad horaria por motivos familiares. En el TSJ desestimaron ambos argumentos. En el caso del primero, “la satisfacción de algunos clientes no puede desvirtuar los hechos imputados en la carta de despido y demostrados en el acto del juicio”.

Y respecto al segundo, el tribunal señaló que no existía ninguna constancia formal de que la empleada hubiera solicitado alguna clase de flexibilidad con el cumplimiento del horario. En la sentencia además se hace énfasis en que los hechos, el incumplimiento del horario, “fueron ocultados por la trabajadora manipulando el sistema de control horario”. Esta práctica no fue una excepción, sino que se reiteró a lo largo de tres meses, y no se encontró ningún atenuante ni justificación para esta conducta, por lo que el despido disciplinario es casi una consecuencia inevitable.

Una de las moralejas de este caso es que, aunque estemos solos en un puesto de trabajo, no significa que estemos libres de supervisión. Y si el control no es digital, nunca debemos descartar del todo la posibilidad de que nuestros movimientos estén siendo escudriñados por un detective privado.

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