Nadie se sube a un coche pensando que va a tener un accidente. La costumbre de conducir, la rutina de hacerlo con frecuencia, generan una sensación de control que hace suponer que nada va a pasar. Pero los accidentes ocurren, y cuando sucede, el conductor se desconcierta. Además de las posibles lesiones físicas, se produce un quiebre emocional que impide pensar con caridad. No se sabe qué hacer, a quién llamar, cómo actuar.
Por eso, la Dirección General de Tráfico insiste en la importancia de conocer de antemano el protocolo que hay que seguir en caso de accidente. Este protocolo guía a los conductores para que actúen de acuerdo con lo que establece la ley y se minimicen los riesgos para todos los involucrados. Es importante también para no tener problemas legales y con el seguro.
¿Cuál es el paso a paso que se debe seguir en caso de accidente de tráfico?
El protocolo PAS, Proteger, Avisar y Socorrer, guía al accidentado para que en esos momentos de nervios y de malestar, todo transcurra de la mejor manera posible. Lo primero es asegurar el lugar en donde ocurrió el accidente y señalizarlo, para evitar que se produzcan otros daños. Antes de salir del coche es conveniente que el conductor se coloque el chaleco reflectante. Debe encender las luces de emergencia y colocar los triángulos o la luz V-16.
Inmediatamente después, si hay heridos y aunque las lesiones parezcan leves, se debe llamar al 112. Es muy importante tener claros los datos sobre la ubicación exacta, número de vehículos implicados, posibles heridos y cualquier otra información que pueda ser relevante. Con esta llamada se ponen en marcha los servicios médicos y la policía.
Si no hay heridos, no es necesario llamar al teléfono de emergencia. En ese caso se firmará el parte amistoso, si hay acuerdo acerca de lo ocurrido. Este documento registra las versiones de los implicados. Es fundamental para el establecimiento de la responsabilidad y para las reclamaciones de indemnizaciones.
Cada conductor puede completar su parte por separado, o pueden compartir el mismo. Sin embargo, a la hora de las firmas, solo se debe firmar el parte si se está de acuerdo con lo que allí se declara. Si no hay acuerdo, se acude a la policía para que levante el atestado policial. Los agentes registran en él sus observaciones sobre lo ocurrido, datos de los vehículos y de los conductores, testimonios de testigos.
Un tema que se debe tener presente es recopilar pruebas de cómo ocurrió el accidente. Las fotos y videos del lugar, de las huellas en la ruta, de los daños del vehículo, de las matrículas y de otros objetos que el conductor llevaba en él, serán útiles en las reclamaciones. Si hay testigos, es conveniente pedir sus datos para localizarlos si es necesario. Toda la información que se reúna en el momento será valiosa para probar los hechos y defenderse en caso de diferencias o de conflictos.
No se puede retrasar la visita al centro médico
La ley establece plazos que es obligatorio cumplir para poder reclamar indemnización por daños y perjuicios sufridos en un accidente de tráfico. Un plazo que no se debe perder de vista es el del control médico antes de que transcurran 72 horas de ocurrido el accidente. Aunque al conductor o a los acompañantes les parezca que no necesitan médico, este control es fundamental.
Hay lesiones que no aparecen inmediatamente y, si se pasa el plazo, no se podrá reclamar compensación por ellas. Las aseguradoras usarán ese retraso como argumento para no pagar. A continuación, viene la fase de reclamar la indemnización por las lesiones y por los daños que el accidente ocasionó. La reclamación se hace a través de la compañía de seguros, aunque siempre es valioso el asesoramiento de un especialista acerca de cómo presentarla y qué reclamar.
El accidente de tráfico tiene consecuencias que no solo se viven en el momento del siniestro. Allí se inicia un proceso de negociaciones y probables conflictos que es necesario transitar.
