Forman parte de la tradición y de la historia del arte, los cuencos puestos en la mesa con frutas de distintas formas y colores, que además de poner la fruta a mano cumplen funciones decorativas.
Pero estas naturalezas muertas que tanto han dado al arte de grandes maestros y de millones de aficionados tienen un problema, y es que no son una buena manera de conservar los frutos frescos. En la práctica pueden propiciar que algunos frutos duren menos tiempo antes de comenzar a descomponerse, y además pueden ser dañinos para el medio ambiente.
Los fruteros y el calentamiento global
A algunos les parecerá broma, pero no es así. En realidad, la forma en que se disponen las frutas en un frutero puede favorecer que algunas comiencen el proceso de descomposición más pronto y tengamos que deshacernos de ellas más rápido.
Estas frutas terminan en vertederos, donde liberan gases de efecto invernadero, con lo que estaremos contribuyendo al creciente calentamiento del planeta y a los desagradables efectos climáticos que lo acompañan.
De acuerdo con expertos como Thanh Truong, un americano viietnamita autor de un libro sobre conservación de alimentos e influencer popularmente conocido como el “nerd de las frutas”, “los fruteros ya no se usan. Son una reliquia del pasado y no te hacen justicia”.
Las frutas mezcladas en un cuenco profundo terminan por compartir un gas que liberan, el etileno, y que acelera la maduración de todas las que estén en contacto, con lo que vamos a terminar descartando algunas que pudieron haber durado más tiempo.
De las naturalezas muertas a los platos con frutas “vivas”
En vez de utilizar los vistosos fruteros, Truong recomienda utilizar varios platos de superficie plana dispuestos en la mesa con cierta distancia entre ellos, para que haya una mayor circulación de aire y no haya acumulación de gases.
También es importante saber, y de hecho quienes manipulan alimentos lo saben, que no todas las frutas maduran igual. Hay frutas que pueden permanecer en platos u otros recipientes a temperatura ambiente, para terminar el proceso de maduración, como es el caso de los plátanos, las peras, los aguacates y los mangos.
Pero existen otras que ya están maduras cuando se cosechan, y al adquirirse en las fruterías y mercados, por lo que hay que conservarlas refrigeradas para interrumpir el proceso de maduración. Esto es lo que sucede con las fresas, las uvas, las cerezas y la sandía (cuando ya está cortada).
Y hay frutas como las peras y manzanas que, aunque pertenecen al primer grupo, también les va mejor si se guardan en la nevera, donde permanecen más frescas y crujientes.
Otras recomendaciones para alargar la vida de las frutas
Truong también recomienda, al comprar frutas, pedir cajas de cartón para transportarlas en vez de utilizar bolsas plásticas. De esta manera se evitan las magulladuras y las frutas llegan en mejor estado a la casa.
Asimismo, recomienda guardar en envases plásticos reciclables las frutas y verduras que se conservan en el refrigerador, para evitar su deshidratación. Y ello aunque hay algunas, como el brócoli o la lechuga, que deben estar en bolsas plásticas o envases que no sean herméticos para evitar la acumulación de dióxido de carbono.
Otra influencer, Matilde, “The Urban Nanna”, recomienda que si vas a congelar frutas para que duren más escribas la fecha en el paquete, para saber cuánto tiempo le queda antes de caducar.
También podemos poner en práctica otras formas de conservación para disponer de frutas por más tiempo, como la deshidratación o su conservación en almíbar. No olvidemos recordar siempre aprovechar las frutas de temporada y las que se siembran y cosechan cerca de casa.
