Nuestro comportamiento y nuestra actitud en la comunidad de vecinos, si estamos integrados en una, a menudo es un reflejo del modo como nos relacionamos con la sociedad y el Estado. Hay una buena cantidad de normas y reglamentos que creemos innecesarios o arbitrarios que a menudo incumplimos, hasta que sucede algo que demuestra su necesidad.
A los miembros de una comunidad de vecinos en Palma de Mallorca les ha tocado aprender esta lección de la peor manera, al corresponderle pagar una cuantiosa indemnización a un residente por no haber cumplido con las normas básicas de seguridad.
Más de un millón de euros
Una comunidad de propietarios retiró parte de una barandilla en una sección de la escalera que no tenía iluminación. No se avisó a los vecinos ni se colocó una advertencia, y un joven que vive con su familia e iba de regreso a su hogar se precipitó al vacío, sufriendo graves daños, que le han convertido en una persona discapacitada, con un alto grado de dependencia.
La comunidad estaba realizando reparaciones y quitó parte de la barandilla para colocar una rampa. Todos los focos en la escalera estaban fundidos, por lo que no se podía notar la ausencia de la barandilla.
El accidente ocurrió en 2016 y la familia interpuso una demanda en contra de la comunidad de vecinos, que finalmente ha llegado a una sentencia, favorable a la familia, en un juzgado de Primera Instancia de Palma de Mallorca.
La sentencia obliga a la comunidad de propietarios a indemnizar a la víctima con 500.000 euros, y al seguro a pagar 600.000 euros, para compensar, al menos en parte, los gastos en los que debió incurrir la familia.
Se trata de los gastos para cubrir la rehabilitación, las modificaciones que se debieron hacer en la vivienda para adaptarla a la nueva condición del joven y, en general, por los daños físicos y morales a los que se vieron expuestos él y su familia.
Razones para fallar a favor del demandante
En su defensa, la comunidad de propietarios argumentó que el joven estaba ebrio al momento del accidente, pero la justicia consideró insuficiente este alegato, pues una persona sobria también habría estado expuesta a sufrir un accidente al no haber iluminación en la escalera.
Sin embargo, la situación no pintaba bien para la comunidad desde el principio, pues los cambios en la escalera y en el edificio se estaban haciendo sin contar con la licencia municipal. La barandilla fue retirada y ni siquiera se cambió el foco fundido por uno nuevo, y es por eso que en la sentencia se afirma que:
“Una escalera en las condiciones descritas constituye una fuente de peligro y resulta totalmente previsible que pueda generar un daño y provocar una caída, lo que determina la responsabilidad de la comunidad de propietarios”.
Aunque la comunidad alegó corresponsabilidad, por los altos niveles de alcohol en la sangre del joven al momento del accidente, en la sentencia se desestimó este hecho, ya que encontrándose la escalera a oscuras, incluso una persona sobria se hubiera encontrado en situación de peligro.
Posible impacto de esta sentencia
Esta sentencia puede servir de recordatorio a las comunidades de vecinos de que antes de emprender reformas de cualquier tipo es importante informar a toda la comunidad y cumplir con todas las normas y protocolos municipales.
Y si los cambios pueden generar alguna clase de peligro, hay que tomar medidas adicionales, como garantizar una buena iluminación, y señalizar de diferentes maneras las zonas donde haya riesgos de accidente. A pesar de que se imponen cuantiosas indemnizaciones, no hay que olvidar que la salud de las personas residentes en la comunidad siempre es lo primero a proteger.
