Las restricciones en la circulación están otra vez en el escenario de la polémica de los automovilistas. El año avanza y los usuarios que conducen coches sin distintivo medioambiental se dan cuenta de que está llegando el final de sus automóviles. Aquella sensación de “todavía falta un año” que se sintió cuando se logró la prórroga hasta diciembre de 2025, se transformó en incertidumbre y nerviosismo. Las esperanzas de que pasara algo que borrara las prohibiciones que comienzan en 2026 se desvanecen.
Llegó el momento de ocuparse del asunto sin más demoras. Si cada conductor que tiene un vehículo sin distintivo medioambiental no resuelve su situación, quedará fuera de circulación dentro de la ciudad de Madrid. Si todo sigue sin modificaciones se estima que son aproximadamente 200.000 vehículos que quedarán inmovilizados a partir del 1 de enero de 2026. Se trata de vehículos que no tienen distintivo medioambiental.
¿Qué reclaman los conductores de estos coches?
La asociación de Automovilistas Europeos Asociados, AEA, solicita al Ayuntamiento de Madrid que se postergue por un año la medida. La idea de la asociación es que los conductores dispongan de un año más para resolver su situación.
En un contexto nacional de crisis económica y laboral, la propuesta de los automovilistas europeos nucleados en la organización no parece descabellada. Proponen que los coches sin etiqueta medioambiental sigan circulando por Madrid a fin de que la gente pueda seguir trabajando y usando su vehículo para la vida habitual.
Si los 200.000 coches quedaran inmovilizados, se profundizaría el problema social en el país. Es un hecho que si los conductores no han renovado sus vehículos es porque la situación económica no se los ha permitido. Por lo tanto, la medida estaría perjudicando a los que tienen menos recursos. Los ciudadanos que sufren este problema alegan que entienden que la medida está orientada a mejorar la calidad del aire, pero que no contempla la realidad económica de muchas familias.
Argumentan que la realidad del transporte público no cubre todas las necesidades de los ciudadanos, especialmente en algunos barrios. La AEA defiende la idea de que estos 200.000 coches que no tienen distintivo medioambiental están en condiciones de circular por Madrid. Sin moratoria, el 1 de enero de 2026 ya no podrán transitar ni estacionar en la gran ciudad capital.
En caso de que se conceda la prórroga, estos vehículos podrían seguir circulando dentro de las Zonas de Bajas Emisiones de Madrid.
Moratoria tras moratoria ¿quién resuelve la extensión del plazo para seguir circulando en esta ciudad?
Los conductores de vehículos sin distintivo ambiental ya han disfrutado de una moratoria. En realidad, durante el 2025 pudieron circular y estacionar en Madrid porque se concedió un año de prórroga, que caduca el próximo 31 de diciembre. El Ayuntamiento de Madrid es quien tiene el poder de decidir si atiende a esta nueva solicitud. El Gobierno Central supervisa los vencimientos y la marcha del proyecto de limpiar el aire. Pero la implementación de las restricciones de circulación, al igual que las moratorias, recae en los ayuntamientos.
No hay respuesta aún a esta solicitud de nueva moratoria. La presión ciudadana va en aumento y se multiplican las solicitudes de ampliación del período antes de la exclusión definitiva. La inquietud de la expulsión de los automóviles sin etiqueta medioambiental del sistema de circulación no se vive exclusivamente en Madrid. Las ZBE existen en otras capitales y poblaciones y condicionan la movilidad de mucha gente.
Madrid se está transformando en una referencia para los conductores, que siguen atentamente la marcha de los acontecimientos y esperan la resolución. En la práctica, con su aprobación o su negativa a la moratoria, el Ayuntamiento de Madrid estará marcando un precedente en el país.
