Decimos verano y entre las primeras cosas que nos vienen a la mente están las playas, el sol, el gazpacho, la ropa ligera y de colores cálidos, la arquitectura blanca del Mediterráneo y un coche descapotable desplazándose en una carretera sinuosa de la costa italiana.
La última imagen es muy cinematográfica, pero también da una idea de cómo asociamos ciertos modelos de coches con el verano, el placer de desplazarse por sitios veraniegos de moda en clásicos que siguen atrayendo todas las miradas y proporcionan una increíble sensación de libertad.
Qué caracteriza a un coche “playero”
No existen modelos en la industria automotriz fabricados especialmente para ser utilizados durante el verano, pero sí coches que se adaptan admirablemente para esta función. Son modelos que además destacan sobre otros modelos y no dejan de llamar la atención cuando nos cruzamos con ellos en alguna playa de moda.
Son coches que se desempeñan bien tanto en asfalto como en arena, sin techo o sin puertas, para dejar circular la luz y el viento, y que han sido objeto de algunas adaptaciones para resistir mejor la exposición a la arena y al aire salino, que propician la corrosión y acortan la vida de los coches.
Los coches clásicos que vuelven cada verano
Entre estos clásicos que nunca pasan de moda se encuentran el Fiat 500/600 Jolly Ghia (años 50 y 60), el Citroën Méhari (1968-1988), el Renault 4 Plein Air (1990), el Volkswagen 181 tipo “Safari” (1980 en adelante), el Suzuki LJ80 (1981) y los Jeep Wrangler y CJ de los 70 y 80, entre otros.
Los Fiat Ghia Jolly 500 y 600, con motor de 594 cc, toldos a rayas y sin puertas son de una elegancia divertida y, si no han sufrido modificaciones, son coches que ya se encuentran en el rango de vehículos históricos, lo que los hace aún más valiosos.
El Citröen Méhari es otro de esos coches que evocan el cine francés de los años 60 y 70, y es un vehículo que se desempeña muy bien en ambientes costeros. En cuanto al Renault 4 Plein Air, son 50 años de historia en playas del Atlántico y del Mediterráneo, y fue construido para resistir las condiciones ambientales más extremas.
El Volkswagen tipo “Safari” es quizás uno de los coches más emblemáticos del verano europeo y es además resistente y de fácil mantenimiento. En cuanto a los rústicos como Wrangler y CJ de Jeep, o el Suzuki Jimny, son todoterrenos que pueden llegar hasta las playas más inaccesibles, y nunca nos dejarán en el camino.
Precios y recomendaciones
Son coches que naturalmente se encuentran en el mercado de segunda mano, con precios que pueden ir desde 2.500 euros (Suzuki Jimny) hasta 40.000 (Jeep Wrangler), con precios un poco más bajos, aunque no demasiado, en el caso de los Fiat Ghia Jolly, entre 30 y 35.000 euros, y otros como los del Citroën Méhari, que oscilan entre 4.500 y 38.000 euros.
El precio va a variar de acuerdo con las condiciones en las que se encuentre el coche. Es importante revisar la carrocería, para verificar que no tenga puntos de corrosión, que el chasis y la base del motor estén en buen estado, y que los neumáticos sean los adecuados para desplazarse tanto en asfalto como en tierra y arena.
También es importante que tenga la ITV al día, y que en la ficha técnica se encuentren registradas las modificaciones; de esta manera serán muchos los gastos y trámites burocráticos que vamos a ahorrarnos.