Entre la pandemia y la guerra en Ucrania, la inflación parece haber llegado para quedarse y para afectar nuestros bolsillos cada vez un poco más, aunque no todos los aumentos en el precio de los productos, de los combustibles o de los servicios se puede atribuir a este fenómeno económico. En la práctica, en los precios también juegan un papel importante los impuestos, tales como el IVA, el IRPF, los impuestos al diésel, a la banca y a servicios como la electricidad, etc.
Los aumentos en los diferentes impuestos pautados para 2025 van a incidir en el precio de los diversos productos que consumimos y servicios que utilizamos y de los que no podemos prescindir. A esto hay que sumar la eliminación de exoneraciones y deducciones fiscales, como las utilizadas para promover la compra de coches eléctricos o reemplazar equipos de alto consumo por otros más eficientes y ambientalmente amigables. Todos estos aumentos van a obligarnos a hacer ajustes en el presupuesto familiar.
Cambios en el IVA de alimentos y servicios
Un cambio que los consumidores sienten de inmediato es el producido en el Impuesto al Valor Añadido, el IVA que en 2024, fue de un 2% en los alimentos básicos, y ahora volverá a un 4%. Esto se verá reflejado en productos como el pan, los huevos, frutas, verduras y legumbres. Veremos también aumentos en los aceites comestibles, que pasarán del 4%, en el caso los aceites de girasol, colza y soja, a un 7,5%; y el aceite de oliva pasa de un 0% a un 4%.
En cuanto a servicios como la electricidad, a partir del 1 de enero se elimina el límite del 10% del IVA para los contratos de menos de 10 kilovatios, que volverán a pagar el 21%. También deberemos pagar una tasa obligatoria, que será aplicada por los ayuntamientos, por la recogida, gestión y reciclaje de residuos urbanos.
Impuestos y fiscalidad
Impuestos a la banca
El 1 de enero también entró en vigor un nuevo impuesto a la banca, que estará vigente durante tres años, de un 7% para los márgenes de ganancia por intereses y comisiones por más de 5.000 millones de euros. Además, un 6% para cuantías de 3.000 millones, de un 4,8% para cifras superiores a 1.500 millones y de un 3,5% para los que superen los 750 millones de euros. Junto a ello, del 1% para cuantías inferiores a 750 millones. Antes de esta modificación, solo había un impuesto para cantidades superiores a los 850 millones de euros, de un 4,8%.
Impuestos al diésel
El impuesto a la banca quizás no nos afecte, pero sí el que comenzará a aplicarse en abril al diésel, aunque nuestro coche no utilice esta clase de combustible. A partir de abril, cumpliendo con una solicitud de la Comisión Europea, se cobrará 10 céntimos más por litro por concepto de impuesto, con lo que llenar el depósito de un coche puede incrementarse en unos 5 euros. Este impuesto deberán pagarlo los conductores de camiones y otros vehículos de transporte, por lo que también es probable que incidan en el precio de los productos que transportan.
Cambios en el IRPF
Quizás no tengamos que preocuparnos por los aumentos en el IRPF, pues solo afectará a los más ricos. Habrá un incremento de un 2% en el impuesto a las ganancias o rentas de más de 300.000 euros, que sean resultado de seguros, ventas de inmuebles o rentas producto de intereses, acciones o depósitos, con lo que pasará de un 28 a un 30%.
Eliminación de deducciones fiscales
En 2025 desaparecen varias deducciones fiscales que se sentirán como un aumento, si vamos a comprar un coche eléctrico (que era de un 15%), o si vamos a realizar reformas para mejorar la eficiencia energética de nuestra vivienda. Se trata de acciones para las que hasta 2024 había desgravámenes entre un 20 y un 40%.
