Aunque el uso de dinero en efectivo parece ser una práctica en vías de extinción, todavía son muchos los españoles, sobre todo aquellos que viven en zonas rurales o que son mayores de 60 años, que continúan utilizando dinero físico para sus actividades diarias. Es por esta razón que los cajeros automáticos siguen operativos, aunque cada vez haya menos.
Puede parecer una contradicción: cada vez hay menos cajeros automáticos, pero veremos paulatinamente más nuevos modelos de cajeros, y adaptaciones en los viejos para hacerlos más accesibles a las personas mayores o que sufren de alguna limitación funcional, o de alguna discapacidad.
Cómo serán los nuevos cajeros automáticos
El 28 de junio de este año entra en vigor la Ley 11/2023 que, entre otras cosas, incluye la adaptación de servicios y productos informáticos y sistemas operativos para que sean accesibles a todas las personas, incluidas las que tengan alguna limitación funcional por edad, enfermedad o por alguna discapacidad.
Esta ley obliga a adaptar instalaciones como los cajeros automáticos y las máquinas expendedoras de billetes, y a hacer que estos cuenten con dispositivos multisensoriales y que sean accesibles para cualquier persona, sin importar su capacidad visual, auditiva o cognitiva.
A partir de este sábado vamos a encontrar cajeros automáticos donde podemos conectar los auriculares para recibir instrucciones de forma verbal. Esta opción permite el uso de estos equipos a personas que tengan problemas con la vista, y también sirve para orientar a personas mayores que usan estos equipos por primera vez.
Junto a las ya habituales pantallas táctiles, los terminales dispondrán de botones en relieve y teclados en braille, para facilitar el uso a personas ciegas o con una visión muy reducida.
Teclados y monitores estarán colocados de tal manera que sean accesibles a personas que se desplazan en sillas de rueda, y las pantallas serán de alto contraste. Tendrán letras más grandes y menús simplificados para hacer más fácil la lectura, y más comprensible para todos los pasos a seguir.
¿Hasta cuándo funcionarán los cajeros actuales?
Adaptar los actuales cajeros automáticos para que tengan las mismas funciones de accesibilidad que los nuevos puede costar entre 1.500 y 3.000 euros, y estamos hablando de cerca de 45.000 cajeros automáticos que siguen funcionando en toda España.
Es una inversión bastante grande la que tendrán que hacer las entidades bancarias, pero no tienen que hacerlo de inmediato; la ley les da un plazo de 5 años, hasta el 29 de junio de 2030, para adaptar los cajeros automáticos que actualmente tienen menos de 10 años de antigüedad.
Durante los próximos 5 años tendremos cajeros nuevos y viejos conviviendo y los bancos están en la obligación de señalizarlos, o de informar a los clientes cuáles tienen las nuevas funciones.
La accesibilidad universal
La ley 11/2023 va más allá de modernizar los cajeros automáticos y las máquinas expendedoras de billetes, su intención es hacer más accesibles los diferentes productos y servicios a los que actualmente accedemos a través de sistemas operativos y plataformas online.
La accesibilidad cognitiva es un aspecto socialmente importante. En este sentido, los menús deben ser simples, con instrucciones claras, el tiempo de espera entre cada paso deberá ser suficiente para que cualquier usuario pueda procesar la información sin presión.
Hablamos de productos y servicios relacionados con operaciones financieras, transporte aéreo, marítimo y terrestre, compras online, pagos de servicios, acceso a redes sociales, etc. Y el objetivo es que cada vez un mayor número de personas tenga acceso a todas las facilidades que proporciona la tecnología actual.
Evidencia de la importancia que da el Estado a la puesta en práctica de esta ley es que los bancos pueden ser sancionados hasta por un millón de euros si no cumplen con las nuevas medidas.