La baja laboral es un derecho del trabajador que le permite recuperarse de una lesión o enfermedad y conservar su empleo. Es un tiempo que el empleado debe aprovechar para hacer el tratamiento que corresponda, curarse y recuperar fuerzas para reincorporarse a la vida activa. Durante este período, la persona que se encuentra de baja debe cumplir con ciertas condiciones que van a depender de la enfermedad o lesión que haya sufrido, y que no debe dejar de cumplir. Todo ello con el riesgo de recibir una llamada de atención, o una sanción más grave si se llega a sospechar la posibilidad de que haya fraude.
El caso del “hombro destrozado”
En cierta forma, este es el caso de Iñaki (nombre ficticio, aunque el caso es real y sucedió en el País Vasco), un trabajador que trabajaba desde 2017 como oficial de primera en Industria de Turbopropulsores S.A.U., y donde sufrió una incapacidad temporal en mayo de 2023, debido a una lesión en el hombro izquierdo. Iñaki debía encontrarse en casa haciendo terapia para recuperarse pronto, pero en noviembre de ese mismo año en la empresa se enteraron de que el trabajador lesionado estaba dando clases de boxeo en el centro deportivo Kige-Crossfit de Barakaldo, donde estaba entrenando a un alumno por 85 euros mensuales.
Aunque estar de baja no inhabilita a un trabajador para hacer otras actividades, no puede hacer ninguna que esté contraindicada para la lesión o enfermedad de la que se esté recuperando. Esto era justamente lo que estaba haciendo Iñaki, que reconoció ante amigos que las clases le dejaban “jodido el hombro”. Sus palabras: “Ahora no me duele mucho, por ejemplo. Pero si empiezo, luego a la noche llego a casa y lo tengo destrozado”.
La empresa al enterarse consideró que el empleado había cometido fraude o, como mínimo, estaba abusando de la confianza de la empresa, y que esto era motivo de despido disciplinario.
Iñaki va a los tribunales por boxear
A Iñaki la medida le pareció injusta, por considerar que las clases de boxeo no eran incompatibles con la recuperación del hombro, y acudió a la justicia. El caso se evaluó en el Juzgado de lo Social N° 9 de Bilbao, que sentenció el 13 de diciembre de 2024 a favor de la empresa, al considerar que el despido era procedente.
El exempleado no aceptó esta decisión y llevó el caso más arriba, al presentar un recurso de suplica ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, donde su caso fue juzgado por los magistrados Garbiñe Biurrun Mancisidor (presidenta), Maite Alejandro Aranzamendi (ponente) y Florentino Eguaras Mendiri.
Ante el TSJPV, Iñaki alegó que “no existía relación laboral entre el actor y el club durante la impartición de las clases”, y que “no se ha acreditado que la conducta del actor suponga una transgresión de la buena fe contractual”. El tribunal, en su sentencia 1779/2025, ratificó la decisión del Juzgado de lo Social N° 9 y desestimó los argumentos de Iñaki, en el primer caso, porque la decisión de la empresa y del despido “no se sustenta en el eventual carácter retribuido de la actividad, sino en la naturaleza y consecuencias médicas de las mismas”.
Y respecto a la afirmación de Iñaki de que la práctica del boxeo no era incompatible con la lesión, el TSJ también fue tajante, al reafirmar que sí era incompatible y que el mismo trabajador lo había reconocido al comentar que las clases de boxeo le dejaban el “hombro destrozado”. Este caso nos recuerda que es importante respetar las condiciones que se establecen durante una baja laboral, y que cualquier actividad inusual debe consultarse con el médico y con la oficina de recursos humanos.