La comparación entre los coches de combustión interna y los eléctricos siempre ha sido un tema de debate. En particular, algo que preocupa a los usuarios a la hora de pensar en cambiar a un vehículo eléctrico es el coste del mantenimiento y averías del vehículo; no obstante, estas dudas se disipan con lo revelado en este estudio.
Para el año 2030, cambiar por completo la batería de un vehículo eléctrico podría ser más económico que reparar el motor de un coche de combustión. Así lo asegura Recurrent en una publicación reciente, lo que representa una excelente noticia para los fabricantes de vehículos eléctricos después de un año de caída en las ventas, y esta quizás fue una de las razones.
Precios de las baterías de coches eléctricos
Según proyecciones de Goldman Sachs, los precios de las baterías para el año 2026 podrían rondar los 80 dólares por kWh, lo que significa que su coste se reducirá a la mitad del actual. Con el auge de las baterías de litio-ferrofosfato (LFP), estos precios podrían incluso disminuir; ahora mismo estas baterías se consiguen en 75,3 dólares por kWh, por lo que para el 2030 su precio podría ser de 64 dólares. Otras estimaciones especulan entre los 32 y 54 dólares por kWh, según RMI.
Con estos datos, se puede calcular que una batería nueva podría costar entre 3.375 y 5.000 dólares (aproximadamente 3.200 y 4.800 euros). Este importe incluso iguala el coste de reparación de un motor de gasolina. Para más información vinculada con el sector de los vehículos eléctricos y las nuevas ecotecnologías, la puedes encontrar en Híbridos y Eléctricos.
Por ejemplo, el Tesla Model 3, uno de los coches eléctricos más vendidos en el último año, tiene una batería de 60 kWh, por lo que reemplazarla por completo tendría un coste entre los 2.000 y 3.000 euros. Y además esto excluyendo los gastos de la mano de obra. Sin embargo, algo importante a considerar es que es muy poco probable tener que cambiar una batería completa de un coche eléctrico.
¿Por qué bajan los precios?
Datos suministrados por Goldman Sachs señalan que más del 40% de la disminución de costes se debe a la caída de los precios de las materias primas para la fabricación de las baterías, como el litio y el cobalto. En el momento de mayor furor por las tecnologías renovables, entre 2020 y 2023, la “inflación verde” aumentó los costes de las materias primas y de producción de los coches eléctricos.
Actualmente el mercado se ha estabilizado, lo que ha favorecido a la disminución de los precios de los componentes de las baterías, haciéndolos más accesibles. Los grandes de la industria de fabricación como CATL y BYD están haciendo el mercado aún más competitivo ofreciendo celdas LFP a 56 dólares por kWh. Por ello, Clean Energy Associate pronostica que la sobreoferta de baterías de litio podría mantenerse hasta 2028 favoreciendo la baja en los precios lo que trae beneficios a los consumidores y las empresas.
La información publicada por Recurrent hace énfasis en que estos cambios refuerzan la accesibilidad a los coches eléctricos, por lo que su atractivo aumentará en los próximos años. Para los consumidores ya no representarán una desventaja los altos costes de reemplazar la batería del coche, en el caso de que llegara a ser necesario, lo cual nuevamente es poco probable.
Las empresa fabricantes también resultan beneficiadas con la reducción de los precios, ya que las inversiones para el desarrollo de los vehículos eléctricos podrán ser amortizadas desde antes, disminuyendo así los costes de fabricación. A lo largo de los próximos meses y años, iremos viendo diferentes opiniones sobre los coches de combustión y los eléctricos. Para quien vaya a comprar un vehículo, es importante analizar pros y contras.
