La globalización tiene un gran impacto en el comercio internacional y en los precios en los que los productos importados llegan a los consumidores. Las medidas proteccionistas de un país que gravan las importaciones, afectan a las naciones exportadoras. Los precios globales pueden distorsionarse. Al reducirse la demanda internacional de los productos afectados, se altera la cadena de suministro. Los exportadores deben ajustar sus precios para compensar las disminuciones en las ventas y beneficios. Surgen tensiones comerciales y el intercambio global se obstaculiza.
Esto es lo que está ocurriendo con los aranceles establecidos por el presidente de los Estados Unidos Donald Trump a la importación de automóviles, entre otros bienes de consumo. A estas complicaciones, se suma un contexto global complejo y caracterizado por la incertidumbre.
Aston Martin (y otras marcas de lujo) en crisis
La industria de Aston Martin fabrica automóviles que son símbolo británico de lujo y estilo deportivo. En el 2024 se agudizó una etapa crítica, que se ha agravado en el 2025. Aunque mantiene presencia en la Fórmula 1, la compañía ha registrado pérdidas que equivalen a una reducción en las ventas de un millón de vehículos. Se estima que las pérdidas de este año superarán los 110 millones de libras esterlinas.
Las acciones de Aston Martin van en caída. Las declaraciones de la empresa de que se estaba sufriendo el impacto de la política arancelaria de Estados Unidos y el recorte de las previsiones, fueron decisivos en esta bajada en bolsa.
Se deprimen dos mercados importantes: EEUU y China
Los aranceles que el gobierno de los EEUU ha establecido a la importación de automóviles, sin dudas han tenido gran incidencia en la reducción de las ventas. La compañía británica no es la única afectada. Los principales fabricantes de automóviles, como Toyota, VW, Stellantis, también están sufriendo las consecuencias de las medidas estadounidenses. Las marcas que no tienen plantas industriales en los Estados Unidos, como Aston Martin y Jaguar Land Rover, están especialmente perjudicadas.
Por su parte, también caen las compras de China, que solía ser otro mercado clave para los vehículos de lujo. Las tensiones geopolíticas internacionales, la desaceleración económica y un cambio en las preferencias de consumo, han afectado directamente las ventas de Aston Martin.
La industria de los vehículos de lujo se debilita en un contexto global desfavorable
Además de los problemas que generan los aranceles de los Estados Unidos y la situación de China, el contexto mundial muestra obstáculos macroeconómicos que se suman a la reducción en la demanda y a las cargas arancelarias. Aston Martin sufre las interrupciones en la cadena de suministros. Las guerras, las desavenencias entre los gobiernos, factores climáticos y tecnológicos, complican la disponibilidad de componentes clave. Esta situación desestabiliza la logística global.
Los obstáculos logísticos repercuten en los costos de producción y en la capacidad de entrega de vehículos. La escasez de componentes, limita la capacidad de ensamblaje. Esto es lo que está sufriendo Aston Martin con las demoras en entregas del DBX y el Vantabe. Estos incumplimientos afectan la confianza de concesionarios y clientes, y reducen las ventas proyectadas.
Por su parte, la movilidad eléctrica requiere de nuevos componentes que aún no tienen cadenas de suministro consolidadas. Esta situación ha provocado dificultades para renovar los diseños. La liquidación de modelos antiguos y el cambio hacia los nuevos se ha visto retrasada por esa falta de componentes y la incertidumbre de los tiempos de entregas.
Aston Martin se enfrenta a una situación que afecta su operativa, su viabilidad financiera y hasta la imagen de la marca. Necesita acelerar su transición tecnológica y redefinir su propuesta para sobrevivir en un entorno cada vez más competitivo.