Si escuchamos a un albañil afirmar que con el sueldo que gana, no le llega para vivir, algunos pueden sorprenderse, pero otros muchos le dedicarán una mirada de comprensión como diciendo «¿me lo dices o me lo cuentas?», ya que solo muestra una vez más la existente precariedad que existe en el sector de la construcción, en este caso. Y es que, actualmente, los sueldos que se cobran no permiten vivir, sino sobrevivir; a lo que se le suma la inestabilidad de este y otros sectores, que hacen que la seguridad de recibir un salario todos los meses o de que podamos continuar en un empleo a largo plazo, sea ya casi un sueño y no una realidad.
En este contexto, la voz de un albañil inmigrante como Martín, que trabaja cada día en la obra y recibe 60 euros diarios, sirve como ejemplo de cómo miles de trabajadores sostienen el sector con su esfuerzo físico, asumiendo jornadas muy duras y, en ocasiones, sueldos que no se corresponden con la exigencia de este tipo de trabajos. A pesar de lo que hemos dicho al principio de este artículo, y de que a veces parece que este trabajo no «compensa» los sueldo que reciben, muchos insisten en que “les alcanza”, no tanto porque las condiciones sean óptimas, sino porque la construcción continúa siendo para ellos una oportunidad de estabilidad que no siempre encuentran en otros sectores.
Qué está pasando en el sector de la construcción y con los albañiles
La falta de mano de obra es uno de los grandes problemas de la construcción, y lo curioso del fenómeno es que conviven dos realidades, ya que por un lado nos encontramos con que la demanda de un albañil cualificado no deja de crecer, y por otro, cada vez menos jóvenes quieren dedicarse a este oficio, ya que se trata de un trabajo duro, físico y expuesto a condiciones climáticas extremas, lo que hace difícil su relevo generacional.
Por ello, la llegada de trabajadores inmigrantes ha permitido que muchos proyectos puedan seguir adelante, y es que según las últimas estimaciones, casi un 26% de las personas que trabajan actualmente en la obra en España son migrantes, frente al 16% de hace tan solo seis años. En ese grupo se encuentra Martín, que vive en Camarena (Toledo) pero trabaja como albañil en Madrid, y que explica claramente que pudo entrar en la obra gracias a un amigo que le dio la oportunidad.
Su testimonio ofrece una imagen clara: “Gano unos 60 euros diarios. Me alcanza”, reconoce. Es decir, un albañil como él puede vivir con ese ingreso siempre que tenga cierta estabilidad, aunque en el sector todos saben que la continuidad no siempre está siempre garantizada. Trabajar en la construcción “es relativo”, tal como él mismo dice, ya que puede haber trabajo… o no. Y esa incertidumbre es uno de los motivos por los que muchos españoles no quieren dedicarse a ello.
Además, la vida fuera de las grandes ciudades también influye. Y es que para Martín, vivir en un pueblo ofrece una tranquilidad que Madrid no le daba, y ese contraste hace que su sueldo de albañil rinda más y permita una vida más estable para su familia, por lo que para muchos inmigrantes, el equilibrio puede encontrarse justamente ahí, en el trabajar en la ciudad, pero tener una vida más asequible en un entorno rural.
El aporte de los inmigrantes: el albañil que sostiene el sector en plena falta de relevo
Este caso no es algo aislado, y la historia de Martín tan solo refleja un patrón que se repite en muchos oficios donde la demanda es alta pero el relevo generacional brilla por su ausencia, tales como albañiles, carpinteros, panaderos o electricistas. La llegada de personas migrantes ha cubierto un hueco que, de lo contrario, habría supuesto un freno para el crecimiento de la construcción en España.
La cara menos amable de esto es que no todos los trabajadores que llegan al sector reciben las mismas oportunidades ni las mismas condiciones, ya que en muchas ocasiones, los albañiles migrantes aceptan trabajos más duros, pero peor pagados que los de los naciones. A pesar de ello, esta mano de obra se ha convertido en una pieza fundamental del engranaje que mantiene activa una industria que necesita profesionales constantemente.
