Con los coches existe una costumbre generalizada, especialmente entre los hombres aunque no es exclusiva de ellos, de utilizarlos haciendo caso omiso del manual, al que solo se acude en situaciones extremas. Aprendemos a usarlos con el método de ensayo y error, a pesar de que el error puede hacer que terminemos en un taller mecánico.
Algo de eso hay cuando nos encontramos con un coche que tiene un botón ECO, y sin pensarlo dos veces lo pulsamos, esperando tal vez que en algún lado se activen paneles solares y el coche deje de consumir gasolina. Pero nada de esto sucede, o al menos no de esta manera.
Para qué sirve el modo ECO
Pensar que al apretar este botón vamos a consumir menos gasolina no es del todo equivocado. Al poner el coche en modo ECO, el software del coche realiza algunos ajustes para reducir el consumo de combustible. En la práctica, estos cambios se van a ver reflejados en la aceleración, en la potencia del motor y hasta en la fuerza y el mecanismo del aire acondicionado.
Empecemos por la velocidad: al apretar el botón, la respuesta del acelerador cuando busquemos mayor velocidad no va a ser igual y, si se trata de un coche automático, los cambios en la velocidad no van a ser tan bruscos. De esta manera hay un menor consumo de combustible.
También se va a modificar el acceso a la potencia, es decir, que el coche no va a revolucionar tanto ni a usar toda su potencia cuando estemos desplazándonos por la carretera.
Y en cuanto al aire acondicionado, es probable que se reduzca la potencia de este, lo que redunda en un menor consumo. O bien que utilice un sistema para reciclar el aire frío, con lo que la temperatura en la cabina se mantiene sin que el motor del aire acondicionado tenga que trabajar tanto.
Cuándo es conveniente utilizar el modo ECO
Cuando circulas por las calles y avenidas. Generalmente en los centros urbanos hay límites bajos de velocidad y la conducción es bastante tranquila, sin aceleraciones bruscas. En estos casos, conducir en modo ECO es una excelente manera de ahorrar combustible, ya que no tenemos que acelerar o hacer cambios bruscos.
Este modo también es recomendable cuando viajamos por carreteras y autovías con límites de velocidad por debajo de los 100 km/h, y cuando conducimos con una velocidad constante, sin cambios repentinos.
En cuanto al aire acondicionado, si no estamos en verano, este equipo puede cumplir su función sin problemas en modo de bajo consumo. Nos mantendrá frescos y no habrá un consumo adicional excesivo de combustible.
Cuándo no es conveniente pulsar el botón
Si estamos en una carretera muy transitada, donde el límite de velocidad es de 90 km/h, y queremos adelantar otros vehículos, vamos a necesitar toda la potencia que pueda proporcionar el motor para hacerlo de forma segura, y por lo tanto, no es conveniente utilizar en estos casos el modo ECO.
El mismo razonamiento es válido para autopistas donde se circula a más de 100 km/h, y vamos a la máxima velocidad permitida. También en carreteras de montaña, donde necesitamos toda la potencia del coche, y donde también requerimos que el motor responda de inmediato a los cambios bruscos de velocidad.
Tampoco conviene utilizarlo cuando hacemos un viaje largo en pleno verano y necesitamos que el aire acondicionado funcione a plena potencia.
De hecho, algunos modelos de coche deshabilitan automáticamente el modo ECO cuando el conductor parece exigir o necesitar mayor potencia del motor.
También se recomienda no mantener el modo ECO todo el tiempo, y alternarlo con la conducción normal. En especial cuando se trata de coches diésel, para evitar que acumulen carbonilla en los filtros o en la válvula EGR (el dispositivo que reduce las emisiones contaminantes).