Desde tiempos inmemoriales, la sabiduría popular ha puesto en valor el ahorro. Dichos como “Gota a gota se llena la bota” o “Dinero ahorrado, dos veces ganado”, son manifestaciones de ese saber práctico. En tiempos críticos como los actuales, en los que desde la cesta alimentaria básica hasta los servicios suben frecuentemente, la preocupación por ahorrar se vuelve una constante en la vida cotidiana de muchas familias.
Cada centavo cuenta. El ahorro es una necesidad inmediata, del día a día. Ya no se trata de guardar parte del salario o de tener una cuenta para emergencias. Las personas buscan ajustar sus gastos cotidianos para mantener la calidad de vida.
¿Cuál es la mejor estrategia para ahorrar en las compras diarias?
Cuando las circunstancias aprietan el bolsillo, las personas comienzan a desarrollar estrategias cada vez más creativas y meticulosas. Con el foco en el ahorro diario en el supermercado, comparan precios entre marcas y planifican con antelación sus compras. Los hábitos de compras van cambiando. Uno de estos cambios que ha resultado muy conveniente para ahorrar, consiste en visitar varios establecimientos. Si antes se compraba todo en el mismo supermercado, ahora las personas fragmentan su lista. Saben que ninguna cadena es perfecta.
Se visitan varios locales y se compra en cada uno lo que se ofrece a buen precio. Hay quienes organizan sus compras para aprovechar los descuentos que generalmente tienen día fijo para cada tipo de productos. Todo vale para que el dinero rinda. Pero estas prácticas no son solo una forma para el ahorro. Se está produciendo una transformación cultural en la forma de consumir. Se ha consolidado el concepto de que, además del ahorro, no hay por qué malgastar el dinero pagando más por lo que en otro lado cuesta menos.
Ahorrar ya no es solo una sana costumbre cuando hay escasez, sino que es una muestra de inteligencia financiera. Y, en este escenario, el supermercado desempeña un papel fundamental.
Crear una ruta de compras: una estrategia eficaz
La creación de una ruta de compras ha resultado una estrategia muy práctica y efectiva para los compradores. La idea consiste en organizar un recorrido fijo que combine distintos establecimientos. Con planificación previa, la ruta se convierte en una especie de mapa personal de ahorro. Se ordenan las compras. Además, se evitan tentaciones y el gasto se limita a lo necesario.
Por su parte, los supermercados han adaptado sus estrategias comerciales atendiendo a esta búsqueda de precios de los compradores. La competitividad los obliga a agudizar el ingenio para favorecer la economía para atraer a los clientes y mantenerlos. Es eso o quedar fuera del escenario en el que hay que captar al cliente y mantenerlo.
En este contexto, Lidl, DIA y Aldi marcan tendencia de preferencia para quienes buscan ahorrar. Los tres tienen diferencias, pero pueden integrarse en una ruta que permita completar las compras.
¿Por qué la gente compra en Lidl, DIA y Aldi?
Lidl, DIA y Aldi han pasado a ocupar posiciones estratégicas. Cada una de las cadenas se posiciona con propuestas diferenciadas que, a su vez, son complementarias.
- Esto ha favorecido su integración en las rutas de muchos compradores. Lidl, por ejemplo, se destaca por su oferta de productos frescos y promociones semanales de electrodomésticos y otros artículos no alimentarios.
- Aldi pisa fuerte con su marca blanca en productos de calidad a precios ajustados.
- DIA, por su parte, refuerza su presencia de cercanía en barrios y zonas urbanas. Se ha convertido en una opción práctica para compras rápidas y de reposición. Lanza promociones digitales y ofertas agresivas semanales.
Se estima que esta “ruta circular del ahorro” como la han llamado algunos medios de prensa, permite ahorrar hasta 60 euros al mes. Cada supermercado tiene aplicaciones móviles en las que publicitan sus descuentos, promociones y programas personalizados. Son buenas fuentes de información.
