La papada, ese exceso de piel por debajo de la barbilla, es una de las preocupaciones estéticas más comunes que tenemos en la actualidad y que tiene su origen en diferentes factores tales como el envejecimiento, la genética o el sobrepeso. Deshacerse de ella no es fácil, o al menos eso era lo que pensábamos muchos, ya que tenemos en mente que solo puede ser eliminada con cirugía, algo que no es del todo correcto.
En la actualidad existen métodos naturales que podemos llevar a cabo para reducirla sin necesidad de tener que pasar por el quirófano, siendo uno de ellos el mewing, la última tendencia que promete tonificar la mandíbula y minimizar la papada con un simple ejercicio. Veamos en qué consiste esta nueva técnica y cómo podemos llevarla a cabo de manera adecuada.
Mewing: qué es y cómo se hace
El mewing ha sido desarrollado por el ortodoncista británico John Mew, de quien toma el nombre como podemos comprobar, y que consiste en mejorar la postura de la lengua y fortalecer los músculos faciales, tal y como haríamos en el gimnasio con el resto de nuestro cuerpo.
Lo único que tenemos que hacer para seguir esta técnica es colocar la lengua en la parte superior del paladar de manera constante y mantener una postura adecuada, de forma quejón el tiempo mejoremos nuestra estructura facial, reduzcamos la papada y aportemos mayor definición a la mandíbula. Los pasos a seguir son los siguientes:
- Coloca la lengua correctamente de tal forma que la parte superior de esta presione suavemente el paladar sin tocar los dientes delanteros, pero no hagas trampas, ya que deberás tener toda la lengua apoyada, no solo la punta.
- Tienes que tener una postura erguida, ya que la alineación de la columna vertebral influye directamente en la apariencia del rostro. Las malas posturas no solo afectan a nuestra espalda, cuello u hombros, sino que también hacen que la flacidez de la papada sea más visible.
- Tienes que intentar respirar por la nariz y no por la boca, ya que la respiración nasal fortalece los músculos faciales y mejora la oxigenación del cuerpo.
- Debes ser constante al igual que con otro cualquier ejercicio físico, cuyos resultados nunca son inmediatos sino que se reflejan después de un tiempo practicándolos.
Si cumples todo lo anterior, podrás ver con el tiempo algunos beneficios que no son solo la reducción de la papada, sino que van más allá. Podrás observar cómo tu estructura ósea se volverá más definida, prevendrás problemas de mordida y hasta puedes llegar a dejar de roncar, ya que se propicia la respiración nasal.
Hábitos complementarios al mewing para reducir nuestra papada
El mewing es una técnica muy buena para reducir tu papada, pero si quieres unos resultados mucho más definidos y prolongados en el tiempo, puedes combinarlo con otras prácticas saludables, como por ejemplo:
- Si aparte de hacer mewing, introduces otros ejercicios específicos para la zona de la papada podrás tonificar toda la zona:
- El ejercicio del beso al techo. Para hacerlo, solo tendrás que echar la cabeza atrás y hacer el gesto de dar un beso al techo, manteniendo esa posición por 10 segundo y repitiéndolo varias veces.
- Tensión de cuello. Solo deberás colocar la mano en la parte inferior de la mandíbula haciendo una leve resistencia mientras intentas abrir la boca.
- Otro consejo es que mantengas siempre bien una alimentación e hidratación adecuadas, algo que ayuda a mejorar la elasticidad de la piel y a prevenir la acumulación de grasa en la papada. Intenta incluir en tu dieta alimentos como pescados, frutas cítricas y verduras de hoja verde, ya que son ricos en colágeno.
- El peso influye mucho en la apariencia que tenemos, siendo una de las principales causas de la papada, por lo que trata de tener un estilo de vida activo.
