La mayoría de los seres humanos que habita en grandes centros urbanos lleva un ritmo que les impide tener una dieta sana y equilibrada, y les dificulta prestar la debida atención a comidas tan importantes como el desayuno, y a las del resto del día.
También son muchos los que creen que alimentarse de forma sana, o llevar adelante una dieta saludable, es algo complicado y costoso. Pero no es así, hay pequeños pasos que podemos comenzar a dar que mejorarán nuestra salud y que notaremos en poco tiempo.
Una raíz que puede hacer mucho por nosotros
Uno de estos pasos sencillos y sumamente efectivos es comenzar el día tomando un vaso de leche tibia con una cucharadita de cúrcuma disuelta en él. Es una bebida reconfortante, de color vistoso, que podemos beber a sorbos mientras planificamos las actividades del día, o disfrutamos de un momento de tranquilidad.
Si convertimos este vaso de leche tibia con cúrcuma en un hábito cotidiano, vamos a notar en poco tiempo varios de los múltiples beneficios que proporciona el consumo regular de esta raíz, comenzando por sus propiedades antiinflamatorias.
La inflamación es uno de esos males que a menudo podemos sufrir sin darnos cuenta, o sin que tomemos medidas para solucionarlo. Vientre hinchado, el cuerpo lleno de gases y una permanente sensación de pesadez, son algunos de los síntomas más comunes, y a menudo están asociados con dermatitis, cansancio, dolor de cabeza y mal humor.
Y es tan simple la manera de evitar esta condición, simplemente cambiando nuestros hábitos alimenticios e incorporando la cúrcuma a nuestra dieta diaria. Pero no solo en el vaso de leche o en el desayuno, sino también como ingrediente en las comidas.
Beneficios de la cúrcuma
La cúrcuma es una raíz que se domesticó en el sudeste asiático y de cuyo uso hay referencias desde el 600 a.C. Es un ingrediente fundamental en la comida asiática, responsable en gran parte del color del curry. Actualmente se siembra en casi todos los países que cuentan con regiones tropicales, siendo los mayores productores y exportadores China y la India.
Lo que dice la sabiduría popular en torno a los beneficios que proporciona esta raíz ha sido corroborado por distintos estudios científicos: su consumo tiene efectos antiinflamatorios, antioxidantes y anticancerígenos.
Al combatir la inflamación, no solo nos hace sentir mucho mejor durante el día, también nos ayuda a prevenir varias enfermedades asociadas con la inflamación. Es el caso de afecciones cardiacas, osteoporosis y enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer.
También hay que destacar sus propiedades antioxidantes. De acuerdo con el doctor Gregg Plotnikoff, autor de Secrets of Long Life, y uno de los investigadores que ha trabajado tratando de identificar los hábitos que favorecen una vida más allá de los cien años:
“Los antioxidantes que se encuentran en las verduras y las hierbas son extremadamente importantes porque el mismo proceso de oxidación que oxida nuestros coches también destruye nuestros cuerpos, los antioxidantes barren estos radicales libres que son dañinos para el cuerpo”.
Una dieta equilibrada, y cúrcuma
Naturalmente, si queremos eliminar o reducir drásticamente la inflamación, no solo debemos tomar cúrcuma todas las mañanas, también debemos eliminar de nuestra dieta los alimentos que promueven la inflamación. Entre ellos está el azúcar, los productos elaborados con harinas refinadas, el consumo excesivo de alimentos hechos con aceites vegetales (con excepción del aceite de oliva), etc.
Por otro lado, hay que consumir más alimentos con características antiinflamatorias, como las verduras de diferentes colores. También es importante el consumo de proteínas de buena calidad, de carnes, huevos y pescados, especialmente del grupo de los azules, que son ricos en omega 3.
Y si somo intolerantes a la lactosa, también podemos tomar la cucharadita de cúrcuma disuelta en leche de almendras, o en otra leche de origen vegetal.
