Durante mucho tiempo el edredón ha dominado las habitaciones en las regiones del mundo donde el frío se hace sentir con fuerza en otoño y en invierno. Es decir, en casi todo el planeta exceptuando la franja ecuatorial. Pasamos de las capas de pieles para calentar la cama a los edredones que son un poco más ligeros y cómodos hace relativamente poco tiempo. No olvidemos que estos ropajes descendieron de los países del norte de Europa, donde se inventaron en algún momento del siglo XVIII. Después terminaron instalados entre nosotros hasta la semana pasada, si es que una nueva moda los deja de lado.
La moda que llega desde los grandes hoteles
Comenzó siendo un gran saco de tela relleno de plumas y pasó luego a estar ocupado por distintos materiales sintéticos, pero conservando siempre una misma característica: la de ser voluminoso y algo pesado, aunque ciertamente en las noches más frías reconfortan y dan calor. Y ahora están comenzando a retirarse a sus armarios de invierno.
Está llegando una nueva tendencia, que ha comenzado por las habitaciones de los hoteles 5 estrellas. En los hoteles del sur de Francia o de la Costa Azul ya no vamos a encontrar la cama con los grandes y lujosos edredones a los que nos tenían acostumbrados. En su lugar, veremos varias cubiertas más ligeras, elaboradas con textiles más ligeros y adaptables a las diferentes temperaturas que se presentan en el año.
Hay algo absolutamente pesado y definitivo en un edredón que puede sofocar un poco e impedirnos una mejor experiencia en la cama, que desaparece con estas nuevas sábanas y cubiertas, elaboradas con percal de algodón orgánico, bambú, lino lavado de Normandía, o gasa de algodón. Las capas de sábanas se adaptan a las estaciones y los cambios de temperatura (más cantidad en invierno y solo las necesarias en verano), haciendo de la cama un espacio más despejado y agradable.
La manta que llegó para quedarse
Los tejidos textiles con los que se cubren las camas ahora se adaptan también al clima y al carácter de cada habitación: en espacios más cálidos vamos a encontrar cobertores de plumón ligeros, que abrigan sin aplastar. La temperatura de la cama y de nosotros ya no solo depende de lo que tenemos arriba, sino del material con el que está elaborado el cubrecolchón. Los cubrecolchones de última generación vienen con rellenos de espuma viscoelástica (memory foam, un material desarrollado por la NASA en los años 60), o de fibras naturales, que ayudan a mantener el calor corporal.
Aunque la nueva protagonista de esta revolución silenciosa y horizontal que está cubriendo los hoteles más exclusivos es la manta ponderada premium. Son mantas más ligeras que los edredones, pero más pesadas que otras ropas de cama. Por lo general, son textiles de algodón rellenos con esferas de vidrio, de diferentes pesos, que se adaptan a las personas y nos ayudan a relajarnos, liberar el estrés y alcanzar un sueño más profundo.
Ventajas de estos cambios de invierno
Al edredón aún le queda una larga vida en millones de hogares, ya que sigue siendo la mejor alternativa para pasar la noche con la calefacción apagada. Y ello aunque se vuelven rápidamente incómodos cuando la temperatura se eleva un poco. En los grandes hoteles, en cambio, el reemplazo de esta pieza por textiles más livgeros favorece la higiene: estos materiales se pueden reemplazar y lavar con mayor frecuencia, evitando la acumulación de polvo o la presencia de microorganismos indeseables.
Se trata de una tendencia que casi con seguridad veremos pasar de las habitaciones de los grandes hoteles a nuestras habitaciones particulares de cada día.
