La higiene urbana es un componente esencial para la convivencia ciudadana y para el desarrollo turístico. Una ciudad limpia dice mucho de sus habitantes. Además, genera confianza, bienestar y ganas de permanecer en ella. Los espacios públicos limpios, como calles, plazas, parques, influyen directamente en la calidad de vida. Reducen tensiones, evitan conflictos y promueven prácticas cívicas como la corresponsabilidad en el mantenimiento.
En el ámbito turístico, la suciedad en las calles es vista como símbolo de abandono y de deterioro social. La presencia de residuos, olores o desorden, arruina la experiencia y afecta a la reputación internacional y, por tanto, al impacto económico del turismo. En la práctica, la limpieza urbana es un factor crítico para la vida y para atraer a los turistas. Una ciudad que cuida su higiene transmite hospitalidad y respeto por sus habitantes y por los visitantes.
Madrid se dispone a cuidar la higiene y el aspecto de sus espacios públicos
Madrid está apostando por una transformación profunda que mejore su infraestructura y que refuerce la limpieza y la estética urbana. Estrategias como “Madrid 2050” y “Sueña Madrid” tienden a la meta de una ciudad más habitable, limpia y con mayor cohesión social. Existen iniciativas que promueven la participación ciudadana y la mejora de los espacios públicos. Asimismo, se intenta enfatizar en la aplicación de normativas que, si bien están en vigor desde hace algunos años, no se aplicaban con todo su rigor.
Entre estas normas, está la Ordenanza 12/2022, de 20 de diciembre, sobre Limpieza de los Espacios Públicos. Es una ordenanza del Ayuntamiento de Madrid que dispone normas de conducta que afectan a la higiene urbana y al uso responsable del espacio público. La normativa dispone la prohibición de realizar cualquier acción que deteriore la limpieza o el ornato público.
De acuerdo con esta norma, son infracciones los hábitos que parecen naturales y comunes como tirar un papel en el suelo de un parque en lugar de utilizar los recipientes. También es desobediencia a la normativa dejar fuera de los recipientes adecuados cáscaras, envases, chicles, colillas de cigarros u otros residuos de consumo. Asimismo, está prohibido pintar, pegar carteles sin autorización o derramar líquidos en esos espacios de uso público.
Atención a quienes limpian los hogares
No es necesario estar fuera de casa para que las reglas de higiene urbana afecten a los ciudadanos. Es bastante frecuente observar que desde ventanas y balcones se sacuden manteles, alfombras, vestimentas. También en casas son jardín es común ver que el agua del riego llega a la calle. Quienes lo hacen deben saber que están incumpliendo la normativa. Aunque parezca exagerado que el polvo de una alfombra o las migas de un mantel afecten la higiene, en realidad lo hacen. Y la Ordenanza del Ayuntamiento lo prohíbe.
Esta prohibición es razonable. Tanto la basura y el polvo que cae de las ventanas como el agua que sale de los jardines, pueden molestar a peatones y vecinos. Además, altera la estética de las fachadas. Por normativa municipal tampoco se permite colgar banderas u otros objetos en balcones y fachadas. La mayor parte de los estatutos de las comisiones vecinales también lo prohíben.
¿Hay multas para quienes no obedezcan esta ordenanza sobre las ventanas?
La propia normativa establece que los comportamientos que no sean acordes a las normas serán sancionados. Cualquier ciudadano puede denunciar la infracción. Los agentes municipales también controlan en forma directa. La cuantía de las sanciones depende de la gravedad de la falta. Por ejemplo, tender ropas en el balcón o fachadas visibles se sanciona con hasta 750 euros. Las multas son más altas para quienes pinten grafitis o abandonen basura en la vía pública.
Los hábitos que perjudiquen la higiene y la estética de la ciudad deben abandonarse. Quienes se resistan, tendrán un alto coste en multas.
