Ahora que ha llegado el verano y que muchos conductores comenzamos a prepararnos para emprender viajes largos, es importante revisar bien diferentes aspectos relacionados con la seguridad y con el mantenimiento del vehículo con el que pensamos aventurarnos. Frenos, faros, cinturones, filtros, neumáticos, etc.
Es como hacer una ITV por cuenta propia, para asegurarnos de que el coche no nos dé ninguna sorpresa desagradable en el camino. En el caso de los faros, no basta simplemente con ver que funcionen los cambios de luces o que ningún foco esté fundido, hay que llevar el mantenimiento un poco más allá.
Los faros, los mosquitos y otros insectos
Cada cierto tiempo hay que limpiar los faros, porque el polvo, los gases y otros elementos presentes en el tráfico diario tienden a volverlos opacos, y a hacer su trabajo menos eficiente. A esto hay que sumar en verano la gran cantidad de insectos que deciden estrellarse contra las luces de los coches, y que al secarse se convierten en una verdadera molestia.
Pero no podemos dejar que esta capa de insectos muertos permanezca allí, ya que pueden terminar dañando el policarbonato, es decir, el plástico que actúa como cristal de los faros. Los insectos muertos pueden manchar este material y hacerlo más opaco, lo que va a hacer menos eficiente la proyección de la luz.
Cómo retirar los insectos sin rayar el policarbonato de los faros
Algo que no debemos hacer, si vamos a hacer mantenimiento a los faros, es utilizar cepillos de cerdas duras o esponjas de metal para limpiarlos, porque corremos el riesgo de rayarlos. La recomendación para eliminar los restos de mosquitos y otros insectos es utilizar un líquido limpiador de faros, que podemos encontrar en las tiendas que venden productos para coches.
Para usarlo y que funcione de manera eficaz, se sugiere esperar a que el coche o la motocicleta, si se trata del faro de este tipo de vehículo, estén fríos. Hacer el mantenimiento con el vehículo todavía caliente puede hacer que el producto se evapore antes y sea menos efectivo.
Aplicar el producto sobre los faros y dejar que actúe durante el tiempo recomendado por el fabricante (por lo general, unos cuantos minutos), pasar a continuación un paño de textura suave para retirar el líquido y los insectos, y luego enjuagar con agua limpia. También podemos preparar en casa una solución con jabón neutro y agua, e ir pasando una bayeta empapada por los faros, para ir retirando los insectos con suavidad, y luego enjuagar.
Importancia de mantener los faros limpios
Aunque suele considerarse un aspecto secundario, la estética es importante: los faros se encuentran al frente del vehículo, y que tengan buen aspecto, que no estén opacos o sucios, son puntos a nuestro favor. Y es mucho lo que puede decir en nuestra contra no tenerlos limpios.
Yendo al aspecto de la seguridad: los faros opacos y sucios por la acumulación de insectos muertos no proporcionan la misma visibilidad, e iluminan menos en condiciones climáticas adversas: lluvias intensas, niebla, nieve.
Actualmente la mayoría de los faros delanteros están hechos con policarbonato, un material para el que podemos encontrar limpiadores en tiendas de artículos para coches, e incluso en supermercados. Pero hay coches que tienen faros de cristal, en cuyo caso es mejor llevarlos primero a un profesional.
Una vez que limpiemos los faros podemos cubrirlos con cera protectora o un sellador para faros. De esta manera la próxima vez será más fácil limpiarlos. También podemos conseguir unas láminas protectoras que hacen más sencillo y menos engorroso su mantenimiento.