Hay seres humanos muy hábiles que logran beneficiarse mediante el engaño. Se vuelven expertos en la simulación y en la mentira, y actúan tan bien que todo el mundo les cree. Los casos que se difunden cada día demuestran que no es tan difícil engañar a personas comunes, simulando una situación que en realidad no existe. Es frecuente que se descubran individuos que se aprovechan de la buena fe de sus vecinos, amigos y hasta de familiares para su propio beneficio.
Pero engañar y estafar a instituciones públicas y por tanto al propio Estado, debería resultar imposible. Todo el mundo cree que esos organismos cada situación de tal manera que, si la persona estuviera mintiendo, el engaño saldría a la luz. Sin embargo, no siempre es así. Un ciudadano de San Sebastián logro estafar a la Seguridad Social y por estas mentiras recibía una pensión de más 3.000 euros al mes.
Se cayó de una mesa y fingió lesiones severas
Fingir una discapacidad para obtener una pensión por Gran Invalidez no es para cualquiera. Sin embargo, este trabajador de San Sebastián lo hizo y muy bien. En diciembre de 2021, el trabajador se había caído de una mesa a la que se había subido para colocar una cinta. Fue una caída leve, de menos de 1 metro de altura. Se golpeó el hombro y un poco la cabeza, lo que suele ocurrir en una caída de este tipo.
La revisión médica mostró que no había fracturas ni consecuencias internas del golpe. Ante la insistencia del trabajador de que se sentía mal, que sufría dolores y que su mente no funcionaba como antes, se le realizó una resonancia magnética y una tomografía computarizada. Pero los resultados indicaban que no había lesiones cerebrales.
Cobraba una pensión por Gran Invalidez y estaba sano
Tal parece que su poder de convicción y sus dotes actorales lograron convencer a los médicos de la Seguridad Social de que, aunque las pruebas médicas no lo demostraran, el hombre estaba gravemente lesionado.
Por tal razón, se le reconoció “invalidez permanente absoluta”. La Diputación de Guipúzcoa valoró el daño en un 96%. El trabajador comenzó a cobrar una pensión de más de 3.000 € por mes. Y no contento con eso, siguió pidiendo beneficios que le fueron concedidos. Su pensión seguía aumentando, hasta aproximarse a los 5.000 €. Incluía 338 € mensuales pagados a su esposa por cuidarlo.
¿Cómo se descubrió el engaño?
La buena vida del hombre que engañó a la Seguridad Social no duró para siempre. La empresa en la que había trabajado desconfió del empleado. Sintiéndose estafada, contrató a un detective privado para investigar al supuesto incapacitado.
El asunto de desveló con facilidad. El investigador en varias ocasiones vio al trabajador y a su mujer caminando sin ninguna dificultad, riendo felices y seguramente disfrutando de esa buena mensualidad que recibían si esfuerzo alguno. Capturó imágenes para probar sus observaciones, que entregó a la empresa. El caso fue llevado a juicio.
Cuando el trabajador llegó a la audiencia, simuló su estado mental, mostrando una mirada perdida y una actitud como de ausencia. Pero la magistrada no le creyó. Comparó la versión filmada y la presentación real y llegó a la conclusión de que el hombre ha simulado una enfermedad que no tenía para cobrarse la pensión.
¿Cómo terminó el asunto?
En la audiencia que se dio a conocer el 24 de junio de 2025, se estableció que no había pruebas médicas objetivas de la enfermedad, que el interesado fingía.
El juez consideró que el trabajador cometió un fraude legal. La resolución fue enviada a Fiscalía para que se evalúe si el hombre cometió delito de estafa a la Seguridad Social, y a la Diputación y para que se revise la incapacidad. Su esposa ya perdió los 338 € que se le habían asignado. Se está a la espera de estas resoluciones. La gente se pregunta si no habrá otros casos por el estilo, pues parece que no es tan complicado engañar…
