El cine de zombies es un subgénero del cine de terror que comenzó en los años 30 en Estados Unidos, y que desde la década de los 90 se convirtió en una especie de pandemia, al invadir otros géneros del cine, de la televisión y del streaming.
Desde películas como El zombi blanco (1932), con Bela Lugosi, hasta la exitosa serie The Walking Dead, con todas sus secuelas, son miles, o millones los seres que se han convertido en zombies. Hay que recordar que aunque habitualmente atacan Estados Unidos, también han hecho lo suyo en las islas británicas, en películas como la del director Danny Boyle.
De 28 días después a 28 años después
Danny Boyle es un destacado director británico, famoso por películas como Trainspotting (1996), La playa (2000) y Slumdog Millionaire (2004), por la que recibió el Oscar a mejor director. Ahora entra por la puerta grande en el cine de zombies con 28 días después (2002), protagonizada por un entonces desconocido Cillian Murphy.
En esta primera película, Boyle narra cómo un virus llamado “Ira” logra escapar de un laboratorio en Inglaterra, e inicia uno de esos apocalipsis zombies a los que de algún modo han terminado por acostumbrarnos numerosas series y películas en el siglo XXI y, claro, la pandemia de covid-19.
Una de las principales características de este filme fue la textura de sus imágenes, debido a que fue filmada con cámaras digitales de baja resolución, lo que le dio un aspecto granulado y sumamente realista. Además, permitió filmar escenas de un Londres devastado, bastante verosímil, de forma relativamente económica.
La película tuvo una continuación, 28 semanas después (2007), dirigida por el director español Juan Carlos Fresnadillo, a la que también le fue muy bien en taquilla. Danny Boyle regresa con una tercera entrega, 28 años después, también con la participación como guionista, como en el primer filme, del escritor Alex Garland.
Una película filmada con smartphones
En esta entrega, Boyle nos muestra unas islas británicas completamente devastadas y abandonadas por el resto del mundo, y donde sobreviven grupos de humanos rodeados de zombies. Para lograr este ambiente, de una Inglaterra donde la naturaleza ha recuperado los espacios, la película se filmó en Northumbria, pero esta vez Boyle no filmó con cámaras digitales, sino con iPhones.
“Rodar con iPhones nos permitió movernos sin grandes cantidades de equipos. Gran parte de Northumbria tiene el mismo aspecto que hace mil años. Así que pudimos movernos con rapidez y ligereza a zonas del campo que queríamos que conservaran su falta de huella humana”.
En la realización de este nuevo filme, ahora postapocalíptico, se utilizaron 20 cámaras iPhone 15 Pro Max, equipadas con accesorios especiales, y con las que se lograron tomas sorprendentes. Así lo señala Boyle en una entrevista concedida a Wired: “Nos permitió crear un efecto de ‘tiempo bala’ realmente inaudito”, refiriéndose a la técnica que se hizo célebre con Matrix.
Llegó a utilizar media docena de iPhones colocados en semicírculo para lograr estos efectos, pero también les dio móviles a los actores para tener otras perspectivas.
El covid y el nuevo filme de Danny Boyle
El director también comentó que una de las razones que lo impulsó a retomar esta historia fue precisamente la pandemia de covid-19: “Vimos ciudades vacías de la noche a la mañana de una forma que uno habría creído inimaginable fuera de una película”.
28 años después es una película de este año, 2025, y en ella actúan Jodie Corner, Aaron Taylor-Johnson y Ralph Fiennes. Se trata de una coproducción británico-estadounidense, y tiene solo unos cuantos días de haber sido estrenada.
El uso de los smartphones para filmarla ya no obedece en este caso a razones presupuestarias, como sucedió con la primera película, sino a un genuino interés en experimentar con nuevas formas de hacer cine.
