La pasión por coleccionar es una de las más curiosas del ser humano, porque abarca desde objetos, valiosos desde su origen, como pinturas y esculturas, hasta cosas sencillas y de la vida diaria que adquieren valor por otras razones: por su antigüedad, por sus materiales, o por alguna característica que las hace distintas al resto.
Es el caso de monedas de escaso valor y de acuñación relativamente reciente, buscadas por coleccionistas y con las que podríamos financiar nuestras vacaciones este verano si por casualidad tuviéramos una olvidada en el bolsillo de un pantalón, o en un viejo monedero.
Una moneda de dos euros que puede valer mil
Se trata de una moneda de 2 euros acuñada en Alemania en 2015, y que en principio no parece tener ninguna característica excepcional. Por un lado, lleva el mapa de Europa y la indicación del valor de la moneda, y por el otro una figura arquitectónica con el nombre de un estado alemán Hessen. Lo que convierte esta moneda en pieza para coleccionistas no es precisamente su antigüedad, pues apenas tiene 10 años de haber entrado en circulación, sino un error que diferenció un lote de estas monedas.
Las monedas de 2 euros son bimetálicas, con una zona interior de níquel-latón, rodeada por un anillo hecho con una aleación de cobre y níquel. En este caso, hubo un lote acuñado sin el anillo plateado, quedando una pieza completamente dorada que en subastas ha alcanzado precios de hasta 935 euros.
¿No es increíble que una moneda tan nueva, que quizá tengamos en este momento en algún bolsillo, monedero o en el frasco donde guardamos las monedas, la podamos vender a coleccionistas hasta por 1.000 euros?
Otras monedas recientes de gran valor numismático
Los errores de acuñación, que convierten en objeto de interés entre coleccionistas monedas cuyo valor nominal es bastante bajo, como sucede con estas de 2 euros, no son tan habituales, aunque se han dado varios casos desde la aparición de esta moneda común de la Unión Europea.
Ejemplo de esto es otra moneda de 2 euros, acuñada en Grecia en 2002 y, que, por un error en la fabricación de un lote, puede alcanzar precios en subastas cercanos a los 2.000 euros. Se trata de una moneda conmemorativa del euro en Grecia, con una figura que representa el mito griego del rapto de Europa, común en las monedas griegas que se emitieron ese año.
Lo que hace excepcional a esta moneda, además de la belleza del diseño, es que un lote no fue acuñado en Grecia sino en la fábrica de la Casa de La Moneda de Finlandia, donde por error colocaron la S de “Suomi” (“Finlandia” en finés), en vez de la letra correspondiente a Grecia. Este pequeño detalle convierte esta sencilla moneda de 2 euros en una moneda de gran valor para coleccionistas.
Otra moneda común de 2 euros que alcanza valores de hasta 5.000 puede estar perdida en cajones o todavía pasar de mano en mano entre los habitantes de la frontera con Francia. Se trata de la primera moneda de esta clase, acuñada en Francia en 2001, un año antes de que comenzaran a circular oficialmente en toda la UE.
Esta moneda se caracteriza por la presencia del “Árbol de la vida”, del artista Joaquín Jiménez, rodeado por el lema de la República Francesa (“Liberté, Égalité, Fraternité”), pero lo que puede hacerla tan valiosa son los distintos errores que se cometieron en su acuñación.
En los portales donde se subastan o venden monedas podemos encontrar estos 2 euros franceses con precios que van desde los 40 hasta los 500 euros, y con al menos un caso en el que una alcanzó un valor de 5.000 euros.




