Ante un entorno económico muy competitivo, en el que no hay fronteras geográficas, muchas empresas se encuentran en una fase de reestructuración de sus sistemas de trabajo. Las compañías ponen en práctica estrategias para una operatividad más eficiente que les permite aminorar costes. Es necesario prever la sostenibilidad a largo plazo y la supervivencia en el futuro.
La automatización de tareas, la optimización de procesos internos, estructuras de recursos humanos más simples y horizontales, permiten recortes de personal y de otros gastos que no son considerados útiles para la empresa. La adaptación a nuevos modelos de negocios más modernos y acordes a los sistemas económicos actuales exigen esta reestructuración. La meta es optimizar los recursos para mantener la rentabilidad.
En este proceso se encuentra Puma, que ha anunciado el cierre de varias tiendas y el despido de empleados en el 2025.
El primer trimestre de este año encendió las alarmas
El balance del primer trimestre del 2025 mostró puntos críticos en los que la empresa ha decidido intervenir. Los números evidenciaron una disminución del margen de ganancias y un aumento de los gastos operativos. Y si bien la situación no es alarmante, la compañía debe encontrar la solución para evitar que el problema siga profundizándose. Un cambio en los cargos gerenciales marcará una nueva ruta en el camino de Puma.
Nuevo CEO, nuevo programa de eficiencia en Puma
El CEO Arne Freundt, que durante 14 años desempeñó cargos de liderazgo en la empresa, ha renunciado en abril. En julio tomará posesión del cargo de Presidente del Consejo de Administración y CEO, Arthur Hoeld. Este cambio de líderes de la gerencia vino acompañado de un nuevo plan estratégico: “Nextlevel”.
En el marco del nuevo plan, uno de los objetivos de Puma para ser cumplido a finales del segundo semestre de este año es la reducción de 500 puestos corporativos a nivel mundial. Este porcentaje representa el 5% del total de puestos corporativos y regionales.
Evaluación de las tiendas minoristas
La evaluación de la eficacia y eficiencia de las tiendas minoristas es otro foco en el nuevo plan estratégico. Muchas tiendas propias de Puma ya están siendo intervenidas con acciones que determinarán su permanencia o su cierre. Se estima que cerrará unas 30 tiendas que no son rentables. Esta medida también se concretará antes de que termine el año.
¿Cuáles son los resultados esperados?
En la estrategia de Puma no hay magia. Los resultados no serán inmediatos. La empresa entiende que, en el segundo semestre del año, los costes operativos serán todavía mayores que en el primero. Como consecuencia de los cambios, en el tercer trimestre los costes igualarán al primero. Y en el cuarto trimestre, por fin, se reducirán y estabilizarán. Así lo ha indicado el director financiero de Puma, Markus Neubrand.
Por otra parte, la empresa espera ver aumento de rentabilidad ya en el segundo trimestre del 2025. Pero Puma no se conforma con el ahorro de costes y una mejora de la rentabilidad. Su gran expectativa es impulsar el negocio y llevarlo a un nivel superior al actual. La situación arancelaria es desafiante, y es otro asunto a asumir y manejar.
El 2025 comenzó con incertidumbres e importantes desafíos contextuales e internos para Puma. Las ventas han crecido solo un 0,1% interanual, solo un 2% por encima de las expectativas. Puma encuentra la explicación de este estancamiento en la caída de la demanda tanto de Estados Unidos como de China.
Sin embargo, se espera entre un 10% y un 15% de aumento de las ventas durante el año en curso. Con la reducción de costes programada, la compañía espera un volumen de ventas ajustado entre 520 y 600 millones de euros, aunque aspira a incrementarlo en hasta 100 millones en este ejercicio fiscal. El futuro es incierto, y Puma trabaja con un horizonte claro de mejora.
