Hace algunas décadas, el escritor y geógrafo estadounidense Jared Diamond publicó un libro titulado El tercer chimpancé, como referencia a nuestra gran proximidad a esta especie de la que tan poco parece separarnos. Una cercanía de la que cada vez hay más evidencias.
Sabemos que utilizan herramientas que tienen un sistema de comunicación complejo e interacciones sociales que a menudo se han comparado con las que se producen entre humanos. En la actualidad y gracias a nuevos estudios, sabemos que practican formas de curación y de higiene personal que los hacen aún más parecidos a nosotros.
¿La medicina fue primero?
Un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford estudió durante varios meses dos comunidades de chimpancés, Sonso y Waibira, que viven en completa libertad en Budongo, Uganda. En dicho entorno los han visto sufrir heridas por peleas entre ellos, por accidentes o causadas por trampas humanas.
Hasta aquí nada que no se haya observado en otros grupos de esta especie, pero en estos grupos se ha descubierto un comportamiento que se ignoraba hasta ahora: la de la autocuración y la de tratar de ayudar a otros miembros del grupo a curarse.
Estos primates, cuando están heridos, buscan determinadas hojas medicinales para usarlas en sus heridas y para aplicarlas en otros miembros del grupo que estén lesionados. Este comportamiento se observó gracias a un seguimiento de cuatro meses, y los resultados se publicaron en Frontiers in Ecology and Evolution.
Durante ese período, los investigadores registraron los movimientos y conductas de los dos grupos de chimpancés y tomaron muestras de las diferentes plantas que utilizan para curarse. Con ello descubrieron que varias de ellas tenían propiedades que pueden ayudar a la cicatrización, o que tienen otros usos medicinales. Una de las autoras del artículo, la doctora Eldie Freymann, comenta:
“Sabíamos que los chimpancés se frotan las heridas con hojas, pero creo que este es el primer estudio en el que encontramos a chimpancés masticando material botánico y aplicándolo directamente sobre una herida”.
Se pudo observar también que intentaban curar a otros miembros del grupo, aunque no hubiera parentesco directo, lo que demuestra una gran empatía entre los miembros de cada comunidad. Los investigadores creen que estos comportamientos apuntan a lo que podrían ser las raíces de la medicina, y de los sistemas de salud entre los humanos.
Higiene personal
En la investigación también se comprobó que los chimpancés van más allá de sacarse los piojos y garrapatas cuando se trata de la higiene persona- Los investigadores pudieron observarlos, quizás de un modo algo indiscreto, utilizar hojas para limpiarse el ano después de defecar y para limpiarse los órganos genitales después de aparearse
Estas prácticas, además de hacer que tengamos más cosas en común, contribuyen a mantenerlos más sanos y a correr menos riesgos de enfermarse.
El estudio sobre los chimpancés
Los investigadores de Oxford pudieron registrar 41 casos de cuidado y curación: 34 de autocuración y 7 de ayuda entre primates. Las técnicas de curación incluyen lamidas directas sobre la herida, lamidas de los dedos antes de colocar en la herida, frotamiento con hojas de forma directa o aplicación de estas después de haber sido masticadas.
La saliva tiene componentes cicatrizantes y antimicrobianos que ayudan a sanar las heridas y a prevenir infecciones. En todos los casos los heridos se recuperaron. Respecto a los cuidadores, todavía hacen falta más estudios para saber si hay alguna clase de jerarquía. Lo que se sabe hasta ahora puede resumirse en otra declaración de la doctora Freymann:
“Lamentablemente, con los datos que tenemos, aún no existe un perfil, pero eso también es interesante. No parece estar determinado por sexo, edad ni rango. Parece que cualquiera puede ser el cuidador, cualquiera puede ser el sanador, y cualquiera puede ser el sanado”.
