Vivimos continuamente bombardeados por llamadas telefónicas, mensajes y correos a través de distintos canales de internet, ofreciéndonos diversas clases de servicios y atenciones. En estas llamadas es muy fácil colar operaciones delictivas que buscan quedarse con nuestros datos y con nuestro dinero.
No se trata de una novedad, y de vez en cuando las autoridades e instituciones como los bancos hacen campañas para ponernos en guardia contra mensajes y llamadas sospechosas donde nos pidan información personal o datos bancarios que usualmente no se solicitan.
El caso del jubilado que recibió una llamada inesperada
Cada vez son más comunes las estafas que utilizan los servicios de mensajería, el correo electrónico o redes como Facebook o WhatsApp, pero también continúan usándose maniobras delictivas más tradicionales, como la de la llamada telefónica, combinándola con las nuevas tecnologías.
Fue ese el caso de un jubilado de 78 años que vive en Dessau-Rosslau (Alemania), que el 25 de mayo pasado denunció ante la policía haber sido víctima de una estafa de este tipo, con la que extrajeron de su cuenta 25.000 euros.
Este fue el modus operandi: el hombre recibió una llamada en la que se una persona se identificó como un empleado del banco donde tiene su dinero, y le dijo que se trataba de una emergencia. Se le informó de que en ese momento se estaban realizando dos transferencias desde su cuenta que aparentemente no habían sido autorizadas por él.
Para detener estas transferencias, el banco necesitaba su confirmación, y esto solo podía hacerse si él les daba el código pin, cosa que efectivamente hizo, a través de un mensaje de texto.
Con esta información, los estafadores pudieron extraer de la cuenta del jubilado 25.000 euros, como si se tratase de una transferencia legal, y de hecho lo era, pues al proporcionar el código pin el hombre aprobó la transacción.
El Vishing
El jubilado alemán fue víctima de un tipo de estafa conocido como vishing, una técnica de fraude telefónico que tiene como objetivo obtener datos personales o financieros que puedan utilizarse para cometer delitos. Aunque en este caso la información se utilizó directamente para vaciar la cuenta de la víctima.
Esta técnica es similar a otros tipos de estafas en el mundo digital, como el phishing o el smishing, en el que los delincuentes se hacen pasar por entidades bancarias o instituciones oficiales, como la DGT. Sabemos que generalmente van dirigidas a la obtención de datos confidenciales, personales y financieros, que nunca deben darse por estos medios.
Para hacerse pasar por entidades financieras, por ejemplo, los estafadores utilizan información nuestra que puede encontrarse en internet y en diferentes bases de datos, y además de claves y códigos como el pin, pueden intentar obtener nuestra firma electrónica o datos que les permitan usurpar nuestra identidad para hacer compras o solicitar créditos.
Cuáles son las recomendaciones para no ser víctimas del vishing
Si recibimos una llamada de una entidad bancaria solicitando datos personales que ellos deberían poseer, hay que sospechar de inmediato, interrumpir la llamada, y comunicarse con la entidad bancaria a través de un número de contacto oficial, y confiable. Si somos personas mayores, con 70 años o más, es aconsejable, ante una llamada de esta clase, apoyarse en parientes o amigos más jóvenes, sobre todo si comienzan a pedirnos datos personales o financieros.
También vale la pena prevenir este tipo de estafa manteniendo actualizados los contactos con las entidades financieras (bancos y tarjetas), y utilizando sistemas como los de verificación de dos pasos. Si ya somos víctimas de una estafa de este tipo, hay que llamar al banco de inmediato para bloquear las cuentas o las tarjetas y evitar que hagan más retiradas de dinero o compras; y hacer la denuncia en la policía.
También es bueno aprovechar las redes y compartir la experiencia, para evitar que más personas sean víctimas de este tipo de estafa.
