No todo lo que brilla es oro, y no todo lo que se anuncia como descuento u oferta en las redes tiene por qué ser cierto. Al menos esta es una de las lecciones que puede desprenderse del actual enfrentamiento entre las autoridades de la Unión Europea y la popular tienda asiática online Shein.
Este lunes, 26 de mayo, la Comisión Europea acusó a la popular tienda china de cometer fraude y llevar adelante prácticas para engañar a sus clientes en Europa, y le ha dado un plazo de 30 días para que se defienda o responda a estas acusaciones.
De qué se acusa a Shein
La acusación se produce después de una investigación que se inició en febrero de este año, y en la que ha tenido un papel clave la Red de Cooperación para la Protección del Consumidor (CPC, por sus siglas en inglés), así como autoridades relacionadas con esta área de Países Bajos, Irlanda y Francia.
Esta investigación concluyó que había suficientes indicios para acusar a Shein de llevar adelante prácticas que son contrarias a las normas de la UE, como promocionar falsos descuentos, al anunciar rebajas inexistentes, cuando se comparaban con precios anteriores.
También se encontraron con el anuncio de falsos plazos y fechas límites en ofertas y descuentos, para presionar a los consumidores, y de dar informaciones “inexactas y engañosas” sobre los derechos legales de los clientes que quieren un reembolso o devolver un producto.
La investigación determinó que Shein incumple con las normas europeas que protegen al consumidor, relacionadas con devoluciones y reembolsos. En la acusación hecha en Bruselas contra la tienda china también se señala que algunos de los productos que comercializan tienen un etiquetado con información engañosa sobre sus características.
Una de estas características es la durabilidad de los productos, que en muchos casos no se corresponde con la duración real del producto. A esto hay que sumar que Shein no proporciona información a los clientes para poder contactarlos en caso de reclamación o de querer aclarar dudas.
Qué argumenta Shein
Shein es una tienda online creada en 2008 para la venta de ropa económica que actualmente tiene presencia en 220 países, y ya ha dado una respuesta a las acusaciones de la Unión Europea. Shein emitió un comunicado en el que afirma estar “colaborando de manera constructiva”, tanto con las autoridades de Francia, Irlanda y Países Bajos, como con las de la UE, con el objetivo de “demostrar su compromiso con el cumplimiento de las leyes y normativas de la UE”.
La compañía asiática también señaló en el comunicado que está absolutamente comprometida en el “proceso de abordar cualquier preocupación”, y que su interés sigue siendo garantizar a los clientes una compra “segura, fiable y satisfactoria”.
Qué pasará si Shein no responde
Si en los próximos 30 días los directivos de Shein no responden a estas acusaciones, o intentan maniobras evasivas, las autoridades nacionales involucradas en esta investigación podrán tomar distintas medidas, como sanciones económicas acordes con el volumen de ventas en el ámbito de la Unión Europea.
Cada vez son más las grandes tiendas que utilizan las facilidades de internet en todo el mundo, aunque Shein tiene una sede en Irlanda desde 2023 (por eso Irlanda participó en la investigación), desde donde maneja todas sus operaciones para Europa, África y Oriente Medio.
Estas tiendas globales plantean un gran desafío para los gobiernos locales o para entidades supranacionales, como la Unión Europea, al actuar en ocasiones por encima de las leyes, normas y reglamentos. De ahí la importancia de organismos como la Red de Cooperación para la Protección del Consumidor, CPC.