En España la mayor parte de los matrimonios se celebran bajo el régimen de sociedad de gananciales. Excepto en Cataluña y en Baleares, donde rige la separación de bienes, en el resto del territorio el matrimonio crea una sociedad conyugal. Si los contrayentes prefieren separación de bienes, deben manifestarlo expresamente.
La sociedad que integran quienes contraen matrimonio no solo regula la repartición de bienes en caso de divorcio. También se establecen obligaciones que ambos cónyuges deben asumir durante su vida en común.
Una de ellas es que los dos integrantes del matrimonio deben contribuir al sostenimiento de la familia y de todo lo que esta requiera. Esto incluye las tareas del hogar, la atención de los hijos, todos los gastos del día a día y los extraordinarios que surjan mientras el matrimonio esté legalmente unido.
Cada miembro realizará un aporte de acuerdo con su situación económica. La contribución no tiene por qué en dinero. También pueden contribuir al mantenimiento del hogar con trabajo. Las tareas domésticas están reconocidas legalmente como un aporte al sostenimiento del hogar. El punto de partida es la consideración de la igualdad de los esposos en cuanto a su función en la familia.
En estos principios que establece el Código Civil se basó la demanda que una mujer hizo contra su ex marido.
¿Por qué el tribunal obligó al hombre a pagar más de 63.000 euros?
La pareja estuvo casada y convivió durante 25 años y tuvo un hijo. Durante su vida en común la mujer asumió la mayor parte del trabajo en la casa. Cuando el matrimonio se divorció, ella demandó a su ex marido. La Audiencia Provincial de Pontevedra condenó al hombre a pagarle 63.331 euros por el trabajo doméstico realizado durante los 25 años de su matrimonio.
Además, se estableció que también debía pagar una pensión compensatoria de 500 euros mensuales. El tribunal tuvo en cuenta el hecho de que el hijo mayor de edad cursaba estudios Universitarios y no contaba con un trabajo, por lo que era económicamente dependiente. Además, consideró la diferencia económica entre los ex esposos.
Otra medida que incluyó en la sentencia fue el otorgamiento a la mujer del uso de la vivienda familiar durante tres años. En esta última resolución incidió el hecho de que en el año 2020 se le reconoció la incapacidad absoluta permanente.
¿En qué se basó el tribunal para emitir su sentencia?
El tribunal basó su resolución en el artículo 1438 del Código Civil. Este artículo reconoce el trabajo doméstico como contribución a las cargas del matrimonio. El Código permite que el cónyuge que lo haya realizado reciba una compensación económica.
Asimismo, consideró la desigualdad económica entre ambos ex cónyuges. El hombre contaba con ingresos anuales de 4.000 euros y de propiedades evaluadas en unos 500.000 euros. También integraban su patrimonio acciones en varias empresas. La mujer, en cambio, solo tiene su pensión por incapacidad y no es dueña de ninguna vivienda ni otros inmuebles.
Con su sentencia, el tribunal procuró equilibrar la situación económica de las partes y, en especial, poner en valor el trabajo de la mujer dentro del hogar, sin recibir durante esos años remuneración alguna. Subyace la intención de promover la participación de los esposos en la atención del hogar y de los hijos.
El testimonio del hijo fue clave para las decisiones
Demostrar quién se ocupa de las tareas del hogar no es sencillo. Muchas veces los allegados a la pareja, que podrían atestiguar esta situación, no quieren intervenir en el conflicto.
En el caso de este matrimonio, el testimonio del hijo fue clave para convencer al tribunal. El joven declaró sin dudarlo que su madre realizaba todas las tareas del hogar y siempre se ocupó de él. Agregó que su padre una pocas veces lo había llevado al colegio o a actividades deportivas. Esta sentencia ha sido muy difundida y, sin dudas, será mencionada como antecedente en otros conflictos similares.