No es fácil saber cómo llegamos a ser lo que somos y por qué reaccionamos de determinadas maneras, no siempre de forma positiva, a diferentes situaciones. Sin embargo, sí es importante saber que podemos cambiar, y que existen técnicas para lograrlo al alcance de todos.
Ya no es suficiente decir “yo soy así” para justificar formas de comportamiento que no son positivas y que pueden interferir con nuestras relaciones sociales y laborales. Realmente podemos cambiar, y de hecho existen técnicas para lograrlo que podemos poner en práctica para mejorar la relación con nuestro entorno o enfrentar nuevos desafíos.
La plasticidad neuronal
Es lo que propone Laura Galarza, una coach emocional que ha desarrollado el método E.B., Emotional Business, para aprender a manejar las emociones en el trabajo:
“Tiene lógica: a lo largo de la historia nuestro cerebro se vio obligado a evolucionar para dar respuestas creativas, sobrevivir y exponerse a situaciones cambiantes”.
Esto significa que nuestra personalidad, lo que creemos ser, nunca está definitivamente completa, y que es posible modificar conductas o maneras de reaccionar que ya no funcionan, o que nos perjudican. Es lo que se conoce como plasticidad neuronal, la capacidad del cerebro para cambiar, hacer nuevas conexiones y emprender nuevas aventuras, como aprender un nuevo idioma o acometer una nueva actividad.
Cuando enfrentamos nuevos desafíos, en el cerebro pueden pasar varias cosas: las sinapsis, las formas como las neuronas se comunican, pueden crecer y fortalecerse, recuperarse o consolidarse conexiones, y también debilitarse conexiones que ya no son útiles, o que no producen resultados positivos.
Cómo dejar de ser así para ser alguien mejor
No hay que darse por vencido. Hasta hace algunas décadas se creía que el cerebro terminaba de formarse durante los primeros 20 años de vida, pero hoy en día hay evidencia de que sigue modificándose y adaptándose durante toda la vida. He aquí algunas cosas que podemos hacer para cambiar, recomendadas por Laura Galarza:
- Practicar nuevos comportamientos. Adoptar nuevas actitudes y repetirlas una y otra vez para que nuestro cerebro las adopte.
- Tomar consciencia de las conductas y actitudes que queremos cambiar. Saber lo que queremos cambiar contribuye a formar nuevas conexiones neuronales, y ayuda a debilitar las viejas.
- Involucrar las emociones en el proceso de cambio, de este modo la transformación puede ser más profunda y duradera, aunque hay que tener cuidado con las situaciones de estrés.
- Romper con el sedentarismo y hacer más ejercicios. Cambiar la relación con nuestro cuerpo también se ve reflejado en nuestra manera de actuar. Una nueva rutina de ejercicios favorece la neurogénesis, la formación de nuevas neuronas y de nuevas sinapsis, y mejora la oxigenación del cerebro.
- Combinar mayor actividad física con buenos períodos de descanso. Debemos proporcionar al cuerpo las horas necesarias de sueño para recuperarse, y aprender a relajarnos.
- Mejorar nuestra alimentación y aumentar en nuestra dieta la presencia de alimentos con omega 3 y antioxidantes.
Otras recomendaciones para cambiar
Silvia Congost, una psicóloga especialista en autoestima y relaciones, también propone 5 claves para cambiar conductas dañinas.
Estas claves son: identificar qué es lo que estamos haciendo mal; internalizar el deseo de cambiar y no hacerlo simplemente porque nos están presionando desde fuera; hacerlo por nosotros, porque verdaderamente queremos cambiar; buscar las herramientas, o la ayuda necesaria para lograr estos cambios, y perseverar. De esta manera:
“Si uno, por ejemplo, se da cuenta que tiene unos patrones de conducta que acaban dañando a los demás o a sí mismo, que tiene una forma de ser que no lo ayuda a conseguir sus sueños, o que le impide gestionar sus emociones, puede cambiar, y si lo consigue, su vida mejorará notablemente”.