En otros tiempos recibir una carta despertaba expectativas en el destinatario. Antes de abrir el sobre ya surgían preguntas, como quién la habría enviado y si se trataría de una buena o mala noticia. Pero en la actualidad, desde el primer momento en que se descubre la carta en el buzón, surge la idea de que no se tratará de nada bueno. Casi nadie envía o recibe cartas en estos tiempos. La tecnología, las comunicaciones por internet, las han sustituido.
El buzón físico se ha transformado en un medio que se utiliza principalmente para ciertos tipos de correspondencia, entre ellas las cartas oficiales. Hacienda usa el buzón físico para hacer llegar a los contribuyentes mensajes y solicitudes. Se las conoce como “cartas del miedo”.
¿Qué son las “cartas del miedo” que es posible encontrar en el buzón?
Se conocen popularmente como “las cartas del miedo” a las notificaciones que envía Hacienda a los contribuyentes especialmente durante la temporada de declaración de IRPF. Ha llegado el momento y estas cartas pronto estarán llegando a los buzones.
Las cartas están redactadas con un lenguaje técnico y formal que genera una reacción inmediata de preocupación o de temor en quienes las reciben. El solo hecho de ver el remitente, la Agencia Tributaria, ya despierta una sensación de alarma. Muchas personas asocian estas comunicaciones con sanciones o errores cometidos en algún trámite fiscal. Sin embargo, muchas veces son simplemente avisos informativos o requerimientos para aclarar datos.
Sin embargo, la percepción general es que si no se atienden inmediatamente pueden traer consecuencias graves. Especialmente, las personas tienen miedo a las sanciones económicas que Hacienda puede estar comunicando. El miedo es reflejo de la tensión que genera la complejidad del sistema tributario. Ese impacto se acentúa por la falta de familiaridad con el lenguaje administrativo, que hace que quien la recibe tenga que consultar qué debe hacer.
El 1 de julio comienzan a distribuirse las “cartas del miedo”
El próximo 30 de junio se termina el plazo para presentar la declaración de IRPF correspondiente al período 2024. A partir del 1 de junio, al día siguiente de este fin de plazo, la Agencia Tributaria comenzará a enviar sus mensajes y las “cartas de miedo” se distribuirá en los buzones.
En realidad, en estas misivas la Agencia Tributaria puede solicitar o informar diferentes cosas al contribuyente. Algunas informan o advierten de irregularidades en las declaraciones. Hay otras en las que se requiere información faltante. Las más temidas son aquellas en las que Hacienda comunica un procedimiento de investigación, una sanción económica, una deuda o un embargo.
¿Cuáles son las sanciones y recargos más frecuentes vinculados a la declaración de la renta?
Si se omite la declaración o se hace fuera de plazo, seguramente el contribuyente recibirá una carta de miedo comunicando la multa. Si el contribuyente ha informado del error a Hacienda, la sanción será de hasta 100 euros. Cuando no se ha comunicado el retraso y el contribuyente tenía que pagar, la multa será de hasta 200 euros.
Hay casos en los que la sanción es aún más grande. La administración aplica recargos sobre la cantidad que se debe pagar y también suma intereses de demora. La sanción puede variar entre el 50% y el 150% de la cuota pendiente. Si el deudor no regulariza su situación en tiempo y forma, Hacienda podrá embargar cuentas, salarios y bienes. Además, incluirá al contribuyente en listas de morosos.
Estas son las “cartas de miedo” que más se temen. Aunque tienen razón de ser, al contribuyente le espera duros pagos para ponerse al día. En tiempos de declaración de IRPF, ante la menor duda siempre es bueno consultar a un asesor o a la Propia Agencia Tributaria para no cometer errores que pueden resultar fatales.
