Las estafas piramidales no son engaños tan antiguos como la figura geométrica con las que se les compara, pero tampoco son una novedad. Aunque es probable que se trate de una forma de estafa más antigua, la primera referencia moderna es de hace poco más de 100 años y fue bautizada como esquema Ponzi.
Se conoce de esta manera porque fue un inversionista estadounidense en los años 20, Carlo Ponzi, quien popularizó este esquema utilizando el correo internacional. Su evolución y colapso fue seguido por la prensa norteamericana, y fue así como terminó nombrando una forma de estafa que se revive cada cierto tiempo.
La OCU y el nuevo viejo engaño por las redes sociales
Las estafas piramidales volvieron en distintos formatos a lo largo del siglo XX, y es posible que a cada generación le haya tocado sufrir este modelo de negocios “para enriquecerse rápidamente y sin hacer mucho esfuerzo”. Tampoco podía faltar en el nuevo siglo, ya no utilizando las reuniones en casa o el correo tradicional, sino aprovechando internet y las redes sociales, y dirigiéndose a los jóvenes consumidores.
En un comunicado reciente, la Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, advierte que esta práctica ilegal se encuentra de nuevo circulando, esta vez a través de redes sociales como Instagram o TikTok. Son vídeos breves y muy bien realizados donde emprendedores supuestamente exitosos aparecen en coches de alta gama y con otros objetos de lujo, invitando a los usuarios a seguirlos, con la frase: “Si me sigues, tú también ganarás dinero sin moverte de casa”.
Las estrategias que proponen a los incautos suelen cumplir con el esquema clásico: que tú aportes cierta cantidad de dinero y que convenzas a otros de hacerlo, tomando un porcentaje. Son estructuras que terminan por colapsar, perjudicando a los últimos en incorporarse. La OCU señala que no todas las propuestas que utilizan este esquema son necesariamente ilegales, aunque muchas sí lo son, y pueden acabar mal, sobre todo los últimos que deciden unirse.
¿Cuál debería ser la principal señal de advertencia? La oferta de dinero fácil o sin esfuerzo, a través de mecanismos poco claros, y generalmente dirigidos a un público que posee poca educación financiera. De allí que uno de sus principales blancos sean los jóvenes en situación económica precaria y con pocos conocimientos de economía.
Qué recomienda la OCU
Por un lado, esta organización invita a redes sociales como TikTok, Instagram, YouTube y otras plataformas, a fortalecer sus políticas de contenidos y hacer más accesibles y ágiles los mecanismos de denuncia. Por otro lado, considera que hay que capacitar a los jóvenes en educación financiera, y actualizar la información, especialmente por el modo como se ha digitalizado el manejo del dinero, propiciando también nuevas formas de delincuencia, como los llamados ciberdelitos.
Otras formas comunes de ciberdelitos
Además de las estafas piramidales, existen otras formas de estafas tradicionales que casi se pueden observar con cariño cuando aparecen, como la herencia que nos legó un príncipe africano, o ese sorteo donde nos ganamos una lotería australiana que no jugamos.
Otros ciberdelitos: el ransomware, una especie de virus que bloquea el acceso a nuestra información en el ordenador y por el que piden un rescate. También están las ventas fraudulentas a través de portales que reciben el dinero por un producto y no lo entregan, o entregan otro de calidad inferior al ofrecido.
Y otro muy común en España es el phishing, que consiste en enviar correos y hacerse pasar por organismos oficiales, como la DGT, para hacer que llenemos formularios y apoderarse así de nuestros datos personales y financieros. En todos los casos, es fundamental extremar la prudencia.
