Una de las pruebas más importantes en la vida de un joven, y que puede producir muchísimo estrés, es el examen para obtener el carnet de conducir. Se trata de un requisito indispensable para ponerse legalmente al frente de un volante, y conducir un coche o una motocicleta.
Aunque no es obligatorio pasar por una autoescuela para conseguir el carnet de conducir, la mayoría prefiere hacerlo para estar bien preparado a la hora de presentar la prueba y aprobar sin mayores problemas. Claro, siempre y cuando los nervios no nos traicionen.
Conductores al borde de un ataque de nervios
En las redes se ha hecho viral la reacción de una joven ante una pregunta sencilla del examinador al comenzar un examen de conducción. En la prueba práctica, después de abrocharse el cinturón y prepararse para comenzar, la joven malinterpretó la primera frase del examinador, que fue “Señorita, ¿se llama?”.
Ella creyó que le estaba ordenando otra cosa: desabrochó el cinturón, se bajó del coche y procedió a tocar la ventanilla y pedir permiso para entrar al vehículo, creyendo que era eso lo que había pedido el examinador, y que era parte de la prueba. Naturalmente, este solo quería saber su nombre.
La escena fue grabada por la autoescuela y subida a las redes, donde se ha hecho viral, y afortunadamente la protagonista lo ha tomado con humor. Se trata de algo que sucede con mucha frecuencia en los exámenes para obtener el permiso de conducir, y está directamente relacionado con los nervios y el estrés.
Los nervios pueden hacer que no aprobemos la prueba práctica de conducción
Podemos haber realizado todas las prácticas y conocer todos los pasos a seguir cuando se conduce un coche, y sin embargo fallar en la prueba práctica de conducción, debido a errores causados por los nervios y el estrés. De acuerdo con organizaciones como el RACC, el Real Automóvil Club de Cataluña, los nervios son una de las principales causas de suspensión en las pruebas de conducir, pues nos hacen cometer errores o no entender en un primer momento qué es lo que nos está pidiendo el examinador.
Es lógico que cometamos errores o que nos bloqueemos, pues se trata de una prueba muy importante para un joven. Los nervios pueden hacer que no entendamos claramente lo que está pidiendo el examinador, malinterpretar lo que quiere, como le sucedió a la joven, o magnificar cualquier error que cometamos, lo que puede empeorar aún más nuestro desempeño.
Recomendaciones para evitar que los nervios nos traicionen en la prueba de conducción
La recomendación principal es hacer prácticas de relajación para bajar la tensión antes de comenzar la prueba, sin perder por ello la concentración. Si estamos bien preparados y nos mantenemos tranquilos y alertas nada va a salir mal.
Los errores más comunes en esta prueba son: escuchar mal las instrucciones del examinador, no realizar los primeros pasos al abordar un coche, cometer un error al conducir (acelerar en vez de frenar, no hacer el cambio de velocidad correcto, etc.), o poner más atención a la expresión del examinador que a la vía.
Lo mejor que podemos hacer es pedir al examinador que nos repita la instrucción, para entender claramente lo que quiere. Conviene también practicar hasta convertir en un protocolo los pasos que hay que dar al abordar el coche (ajustar el asiento y el retrovisor, colocarse el cinturón de seguridad).
Y si cometemos un error, no debemos bloquearnos ni dejar que los nervios nos dominen. Será mejor opción respirar hondo y continuar con la prueba, prestando más atención a la vía que a la expresión del examinador.
