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Adiós a la mendicidad: un hombre sin techo compra un ‘rasca y gana’ y la suerte le brinda una segunda oportunidad

por Paco Magar
19 de mayo de 2025
La suerte le brinda una segunda oportunidad

La suerte le brinda una segunda oportunidad

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La suerte existe, solo hay que buscarla. A veces llega sin avisar y lo transforma todo en un instante. Hay momentos en los que, sin razón lógica entendible, todo se alinea y favorece a alguien. Se abren puertas que parecían cerradas para siempre, se resuelven problemas que aparentaban ser eternos. Los caminos se vuelven más claros y la vida cambia.

No hay quien explique a ciencia cierta por qué sucede, pero quienes la han experimentado saben que es real. La suerte tiene un poder increíble para llevar a alguien de la desesperanza al éxito, de la tristeza a la alegría, de la monotonía de una rutina desgraciada a la plenitud. Y llega como un regalo inesperado del universo.

Esto le ocurrió a Tiziano, un hombre de 60 años que vivía en situación de calle en Jesi, una localidad de Italia. Había sido trabajador durante mucho tiempo en una empresa de limpieza, pero perdió su trabajo. esto lo llevó a esa vida de mendicidad. Durante años, Tiziano se ganó la vida haciendo malabares en los semáforos. Quienes habitualmente pasaban por ese lugar, lo reconocían desde lejos, por su infaltable sombrero amarillo.

Pedía limosna para poder mantenerse. Sobrevivió gracias a las dádivas de los conductores y paseantes que se detenían esperando el cambio de luz del semáforo. Sin embargo, como en un cuento de hadas el mendigo se transformó.

La suerte tocó a Tiziano

Un día cualquiera de agosto del año pasado, fue el gran día para Tiziano. La suerte eligió al mendigo y le concedió una oportunidad sorprendente a esa altura de la vida. Quizás movido por la intuición, se detuvo frente a la máquina expendedora de una tabacalera local y compró un “rasca y gana”, la lotería instantánea que cambiaría su destino.

Raspó el cartón con esa mínima esperanza tímida de los que se sienten vencidos. Su sorpresa lo sobresaltó cuando vio que los números coincidieron y la cantidad era real: 300.000 euros, una fortuna para Tiziano, que no tenía ni un techo sobre su cabeza. El boleto que había comprado le otorgó el premio mayor.

¿Qué hizo Tiziano después de ser dueño de esa fortuna inesperada?

De la noche a la mañana, Tiziano pasó de mendigar a tener la posibilidad de comenzar de nuevo, de dejar atrás el hambre, el frío y la soledad. Y decidió aprovechar esa nueva oportunidad que la vida le estaba dando, avanzada ya su madurez. Cada una de sus acciones demostró sus valores, su dignidad y agradecimiento. Su reacción casi inmediata fue recuperar parte de sí mismo, de lo que antes había sido. El cambio comenzó desde su apariencia. Se cortó el pelo y se afeitó la barba.

Con esa nueva apariencia, se presentó en el sitio donde había comprado su billete para dar las gracias personalmente a la vendedora y a los demás trabajadores. Realizó las gestiones para cobrar su premio en una sucursal bancaria, e invitó a cenar a los empleados para agradecer la ayuda con los trámites. 

¿En qué gastó el dinero?

Su actitud humilde no cambió con el dinero. Tiziano no se deslumbró con el premio ni lo derrochó en compras inútiles. Lo usó como una oportunidad para empezar de nuevo, sin olvidar quién era ni cómo había llegado hasta allí.

Actualmente vive con su madre anciana en un barrio humilde. Pensó comprar un automóvil, pero optó por una bicicleta que representaba para él su espíritu libre y el placer que le proporcionaba la cercanía con el entorno. Tiene su propia casa y lleva una vida modesta, aunque muy distinta de la que llevaba antes, cuando pedía limosna. Su historia se convirtió en un símbolo de esperanza para otros que, como él, esperan esa segunda oportunidad para una nueva vida.

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