Porcentajes encontrados: mientras un 80% de los españoles afirman que les gustaría mejorar la eficiencia energética de sus hogares, existe un porcentaje de viviendas similar cuyo rendimiento energético es catalogado como bajo.
Los datos contrastados se encuentran en los resultados de una encuesta realizada por Saint-Gobain en colaboración con Kantar, y un informe realizado por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE)
Eficiencia energética versus economía doméstica
Según la Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios de la Unión Europea, ya en vigor, los complejos de viviendas deben reducir en un 16% su consumo energético antes de 2030, y en un 20% antes de 2033. Pero esto será bastante difícil en España si la información recogida por el IDAE es correcta.
De acuerdo con este organismo, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, 8 de cada 10 hogares se encuentran en las categorías E, F o G de calificación energética. En otras palabras: el 80% de las viviendas tiene muy bajo rendimiento energético.
Por otro lado, el Barómetro de los Hogares de Saint-Gobain, una serie de encuestas y estudios que sirven para analizar tendencias y demandas en el campo de la construcción muestra que hay un alto porcentaje de españoles que quieren mejorar el consumo energético de sus hogares, pero no tienen capacidad económica para hacerlo.
Es así: 8 de cada 10 españoles desea optimizar la eficiencia energética del espacio que ocupa, pero solo 2, en promedio, tienen la capacidad económica para hacerlo.
Estamos hablando de instalar doble acristalamiento, invertir en mejores sistemas de calefacción y mejorar el aislamiento térmico de nuestro hogar.
La encuesta reveló que los porcentajes más altos de ciudadanos interesados en aumentar este importante aspecto de su vivienda, y con capacidad económica para hacerlo, están en Madrid y Bilbao, un 24,4 y un 21,5%; mientras el más bajo se encuentra en Barcelona, un 15,6%.
Los españoles quieren, pero no pueden, y están los que pueden, pero no quieren
En Valencia y Sevilla se registraron porcentajes muy altos de ciudadanos interesados en mejorar el consumo energético de sus hogares, pero coincide con el de los ciudadanos con menos recursos para afrontar estos cambios.
A esto hay que agregar el tema de los indiferentes, que tienen los recursos para mejorar la eficiencia energética, pero no están interesados en hacerlo. Hablamos de un 9,5% de los encuestados, una cifra nada desdeñable.
Y hay que mencionar que al menos un 6,9% de las personas que quieren realizar cambios en este sentido no tienen la menor idea de cómo hacerlo.
En ambos casos, juegan un papel importante el desconocimiento y la falta de conciencia ambiental. Muchos ciudadanos ignoran que existen distintas subvenciones y estímulos gubernamentales para mejorar el rendimiento energético de las viviendas, con el que podrían invertir en las reformas que hay que hacer.
Y un buen número de españoles, como otros ciudadanos en el resto del mundo, ven los desafíos ambientales que enfrentamos como un tema de la agenda política, o no están conscientes de las consecuencias del despilfarro energético para nuestra vida y la de nuestros hijos.
En las dos situaciones es fundamental la divulgación: campañas para informar sobre los recursos y apoyos financieros disponibles para mejorar la eficiencia energética en nuestra vivienda. Junto a ello, campañas de sensibilización sobre lo que está sucediendo en el planeta y el modo como nos afecta a todos.
Importancia de mejorar la eficiencia energética en nuestros hogares
La inversión en optimizar la eficiencia energética de nuestros hogares se verá reflejado en una mejor calidad de vida, y en una factura más baja de gas y electricidad.
También estaremos contribuyendo, al mejorar nuestro consumo de energía, a reducir la emisión de gases de efecto invernadero, que son en gran medida responsables de las alteraciones climáticas que está viviendo nuestro planeta.