Dos de las primeras víctimas de la guerra de aranceles iniciada por el presidente Donald Trump podrían ser dos emblemáticas marcas europeas: Maserati y Alfa Romeo. Ninguna de las dos tiene fábricas en Estados Unidos, y si en algún momento finalmente se hacen efectivas las amenazas de Trump, se encontrarán entre las primeras afectadas.
Pero no es completamente justo responsabilizar al presidente Trump por una decisión que la alta directiva de Stellantis parece haber tomado desde mucho antes, en torno a cuál podría ser el destino de estas dos históricas marcas europeas.
De Italia al Lejano Oriente
Las razones: ambas marcas dan pérdidas y comienzan a afectar el rendimiento general de este gran grupo de marcas de coches. Prueba de ello es que en 2024 las ventas de Maserati cayeron en un 50% y las de Alfa Romeo entre un 10% y un 15%.
¿Y cuál es la preocupación con Trump? Que entre el 35% y el 40% de las ventas de Stellantis son en Estados Unidos.
Otra razón para considerar tomar decisiones drásticas también tiene que ver con Norteamérica, donde en 2024 las ventas sufrieron una caída de este grupo del 25%, y los beneficios netos en un 70%. Una situación que probablemente no va a mejorar si continúa o se concretan las amenazas de nuevos aranceles.
John Elkann, presidente del grupo Stellantis, al que pertenecen estas dos compañías italianas, parece haber delegado en la consultora McKinsey & Company el desarrollo de un plan para hacer ambas marcas más rentables, o para deshacerse de ellas de la forma que sea más beneficiosa.
Una de las alternativas que estaría considerando esta consultora es la de vender Maserati, posiblemente a alguna de las empresas chinas que podrían estar interesadas. O bien establecer una alianza como la que tienen Mercedes Benz y Geely, donde una pone tecnologías avanzadas y el otro el diseño y la distribución.
De este modo, la corporación francoitaliana mantendría parcialmente el control sobre Maserati, si bien no se descarta una venta total. Hay que mencionar también que ambas compañías, aunque con el mal rendimiento que ya hemos mencionado, siguen teniendo una buena recepción en el mercado asiático.
Las marcas chinas que podrían estar interesadas en hacerse con estos prestigiosos sellos italianos podrían ser Geely, Dongfeng o BYD.
Ambas marcas bajo el ala de Ferrari
En cuanto a Alfa Romeo, la marca ha logrado recuperarse un poco de la mano de Jean-Philippe Imparato, que la tomó en 2021 y logró sacarla de una situación deficitaria, pero continúa estando al borde del abismo.
Además de la opción asiática, otra alternativa que parece estar manejándose es la de poner ambas empresas bajo la sombra de Ferrari. Ya a mediados del año pasado hubo rumores de que Ferrari estaba considerando la posibilidad de acudir en auxilio de Maserati.
Y en cuanto a Alfa Romeo, de concretarse una operación semejante, habría algo de ironía en esta historia, pues Ferrari nació y creció los primeros años, de 1929 a 1939, bajo la bandera de Alfa Romeo. Hay que recordar que llevó un poco menos de 100 años para que la situación se revirtiera.
Otras dos marcas premium de Stellantis se encuentran en una situación similar a las de Maserati y Alfa Romeo. Se trata de DS y Lancia, que podrían correr con peor suerte, aunque es probable que no se tome ninguna decisión definitiva al respecto durante lo que resta del 2025.
Alfa Romeo abrió sus puertas en Milán en 1910, y Maserati lo hizo en Bolonia en 1914. Quizás logren evitar su desaparición, pero seguramente deberán someterse a grandes cambios para sobrevivir. El futuro es incierto para el mercado de automóviles y algunas marcas ya se encuentran en la actualidad en serias dificultades.