Para muchos, un desayuno perfecto está constituido por pan tostado, mantequilla o mermelada, o ambas, café negro o con leche y zumo de naranja. Suena saludable y delicioso, y nos deja llenos de energía y preparados para afrontar los desafíos del resto del día, o al menos hasta la siguiente comida.
Pero tal vez no sea tan recomendable, sobre todo si el pan que utilizamos no lo tostamos nosotros, sino que optamos por el pan tipo biscotes, un pan de molde que ya viene tostado y es más duradero, pero posiblemente menos saludable.
Qué sucede con el pan tostado, con el de casa y con el de fábrica
Si tostamos el pan en casa, el efecto puede considerarse saludable: al tostarlo reducimos el índice glucémico, y que haya menos glucosa innecesaria en nuestra sangre (hay cierta cantidad que necesitamos para proporcionar energía a las células).
Además, si dejamos que las tostadas se pasen con la llama y se quemen, podemos tener otra clase de problema.
Cuando tostamos el pan con temperaturas por encima de los 120°C se produce un compuesto químico llamado acrilamida, asociado desde hace años por diferentes estudios con un aumento en el riesgo de cáncer.
La acrilamida también está presente en otros alimentos ricos en carbohidratos y procesados a altas temperaturas. como las patatas fritas, galletas, algunos cereales de desayuno. Y es un compuesto que también se puede formar en la carne que se hace a la parrilla.
Los biscotes y otros panes tostados procesados
En la lista de alimentos procesados que pueden contener acrilamida se encuentran los biscotes, los panes ya tostados que muchas personas utilizan para preparar el desayuno más rápido.
Al pan que compramos ya tostado en el supermercado se le ha extraído la humedad para hacerlo más crujiente, pero también tiene más calorías, más azúcares, mayor contenido de sal y presencia de conservantes y, en algunos casos, hasta saborizante.
No está mal comerlo de vez en cuando, pero no es recomendable que sea parte de nuestra dieta diaria.
Además, al tostar este pan, es decir, al someterlo a un doble tostado, es casi seguro que se forme acrilamida.
Si sufrimos de alguna clase de enfermedad cardiovascular, como tensión alta, que es bastante frecuente, con este pan vamos a ingerir una cantidad de sal que probablemente no estamos controlando.
Nuestro pan tostado de cada día
No es fácil renunciar al pan, y tal vez no estemos obligados a hacerlo si lo consumimos con moderación y tomamos algunas medidas para proteger nuestra salud.
Por ejemplo, en vez de desayunar con pan tipo biscotes, hacerlo con pan fresco y tostarlo nosotros, pero no demasiado.
También podemos hacer caso de los diferentes estudios e investigaciones, y hacer caso de voces autorizadas, como la de Jamie Gnau, a la hora de elegir el pan más saludable.
Gnau es instructora clínica de ciencias biomédicas en la Universidad Estatal de Misuri, y en una entrevista publicada en el Business Insider ha confirmado algo que muchos ya sabemos, que el pan más saludable, con el que podemos desayunar todos los días, es el pan integral.
Hacer el pan en casa
Otra alternativa es comprar harina integral y hacer el pan en casa. Con algunos moldes, y las recetas que se pueden encontrar en diferentes páginas web, y en redes sociales como Instagram o TikTok, es sumamente fácil.
Al pan casero puedes agregar otros ingredientes naturales y nutritivos, puedes controlar la sal y el azúcar y, si usas harina integral, siempre será mejor que el pan de molde que compras en el supermercado.
