El lenguaje es un organismo vivo que continuamente se renueva con palabras y expresiones que vienen de otras lenguas y culturas, o que intentan expresar nuevas realidades y situaciones. Pero es también un cuerpo lleno de cicatrices y tatuajes, como esas expresiones y frases que utilizamos desde que éramos niños y cuya procedencia y origen ignoramos. Es el caso de una frase que debemos haber utilizado en más de una ocasión y que se originó en Madrid, aunque incluso muchos madrileños lo desconocen, y eso que más de uno se cree la “octava maravilla”.
Fue construido por orden de Felipe II
“Se cree la octava maravilla”, se dice cuando alguien actúa como si fuera el único que puede solucionar problemas o hacer algo en particular. En la práctica, “eres la octava maravilla” se usa para una persona que nos ha hecho un gran favor o ha resuelto una situación muy difícil.
“Lo promocionan como si fuera la octava maravilla”, se utiliza cuando se habla de un producto o de un lugar exagerando sus virtudes.
Es una expresión muy utilizada en España, y hace referencia a una maravilla que se suma a las siete maravillas del mundo antiguo, como la Gran Pirámide de Guiza, los Jardines Colgantes de Babilonia o el Faro de Alejandría.
Esto puede hacernos creer que la alusión a la octava maravilla también provenga del mundo antiguo, de Grecia o Roma, pero no podríamos estar más equivocados, pues se trata de una expresión nacida en Madrid.
No está muy claro en qué momento comenzó a utilizarse, pero sí a qué hacía referencia: al Real Monasterio de El Escorial.
Este monumento arquitectónico fue construido por orden de Felipe II con la intención de que funcionara como palacio, monasterio, basílica, biblioteca y panteón real.
Su construcción se llevó a cabo entre 1563 y 1584, y es una de las obras más imponentes y ambiciosas de la arquitectura española y europea de siglos recientes, por lo que llegó a ser calificada como la “octava maravilla”, al menos en Madrid.
Uso y reconocimiento de otras “maravillas”
Con el tiempo, la frase para calificar a El Escorial se independizó del monumento, y comenzó a ser utilizada por los madrileños y el resto de los hispanohablantes. Se ha usado para aludir a personas, productos, lugares y monumentos, a menudo con doble intención: “él jura que es la octava maravilla”.
La expresión se ha popularizado y hoy en día la utilizamos sin tener mucha idea de cuáles son las otras siete maravillas, y que podemos mencionar aquí.
La grandiosidad de El Escorial se asoció con las llamadas siete maravillas del mundo antiguo: la Gran Pirámide de Guiza, los Jardines Colgantes de Babilonia, el Coloso de Rodas, el Faro de Alejandría, el Mausoleo de Halicarnaso, el templo de Artemisa en Éfeso y la estatua de Zeus en Olimpia.
Como puede verse claramente, se trata de un ranking de origen griego, a pesar de las referencias a las pirámides egipcias y a Babilonia.
A principios de este siglo se utilizó Internet para crear un nuevo listado de siete maravillas, en la que decidieron más de 100 millones de participantes y en las que quedaron: Machu Picchu (Perú), Chichén Itzá (Yucatán), la Gran Muralla China, el Coliseo de Roma, la estatua de Cristo Redentor en Río de Janeiro, Petra, en Jordania, y el Tah Mahal, en Agra.
En esta nueva lista quedó fuera el Escorial, que continúa siendo la “octava maravilla”.
Otras expresiones madrileñas que han corrido como la pólvora
Ser la “octava maravilla” no es la única expresión madrileña que se ha abierto camino en el universo de la lengua española.
También vale la pena mencionar “ser un chulo”, que hace referencia a los chulapos, personajes típicos de los barrios madrileños; “de Madrid al cielo”, que aparentemente comenzó a usarse durante el siglo XVII. También “estar en Babia”, que alude a una comarca de León, pero que se habría originado en la corte madrileña.