El Impuesto a la Renta de las personas físicas (IRPF) y el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) son dos conceptos de la economía que parecen caminar juntos. Esa interrelación tributaria impacta directamente en los contribuyentes.
Los trabajadores que perciben el SMI suelen estar exentos de pagar IRPF, ya que el salario mínimo está diseñado para cubrir necesidades básicas y no se considera justo gravarlo con impuestos.
Sin embargo, en 2025 han aparecido algunas sorpresas. El aumento del SMI que ha dejado muy contenta a mucha gente, implica que muchos trabajadores que perciben este salario podrían empezar a tributar IRPF.
¿Cuáles son los topes para estar exento de pago de IRPF?
El IRPF es un impuesto que grava los ingresos obtenidos por las personas físicas que residen en España. Es un tributo progresivo. Esto quiere decir que el importe a pagar aumenta a medida que los ingresos del contribuyente son mayores.
No todos los trabajadores están obligados a pagar el IRPF. La normativa establece límites para estar exento de esta obligación. Existen dos situaciones diferentes en las que puede encontrarse un trabajador para no pagar IRPF:
- Una es la del trabajador que recibe ingresos anuales que no superan los 22.000 euros, que provienen de un solo pagador. No realiza la declaración de IRPF y no paga el impuesto.
- La otra es la del trabajador que percibe ingresos que no superan los 15.876 euros, compuestos por las cantidades pagadas por más de un pagador. También está exento del pago.
¿Por qué el nuevo importe del SMI implica pago de IRPF?
La cuenta es muy clara. El salario mínimo para 2025 queda fijado en 16.576 euros anuales. Por primera vez en la historia, el SMI supera el mínimo establecido para la exención. Por lo tanto, habrá personas que cobren el SMI y que a partir de este año tendrán que pagar el impuesto.
Atrás queda la idea de evitar que el salario mínimo tribute, considerando que está definido para cubrir necesidades básicas. En la actualidad, muchos trabajadores tendrán que dejar parte de su salario mínimo en las arcas del estado. Lo que se les dio por un lado, se les quita por el otro.
La polémica en las autoridades
La polémica está planteada entre Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y María Jesús Montero, ministra de Hacienda. La ministra de Trabajo defiende la posición de que el SMI no debería tributar, ya que afecta negativamente a los trabajadores de menores ingresos. Esta postura implica elevar el mínimo exento de IRPF.
Por su parte, la ministra de Hacienda ha mostrado resistencia a elevar ese mínimo. Ha defendido que los impuestos son esenciales para financiar los servicios públicos.
El desacuerdo provoca tensiones dentro del gobierno de Pedro Sánchez que, en definitiva, afectan a quienes menos recursos tienen. La situación afecta aproximadamente al 20 % de los beneficiarios del SMI.
Por su parte, la Unión General de Trabajadores ha solicitado una mesa de diálogo con el Ministerio de Hacienda para abordar una reforma tributaria que mantenga el SMI exento de IRPF.
Mientras tanto, el gobierno se encuentra dividido respecto a cómo abordar este asunto. El Ministerio de Trabajo y Economía Social, que promovió la subida del SMI, muestra preocupación por el impacto fiscal en la gente de menores ingresos.
Por su parte, Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular, manifestó que se debe revisar el mínimo exento de la renta para que el aumento del SMI no se quede en el Gobierno. Desde Sumar, Carlos Cuerpo expresó un posicionamiento similar.
Si las cosas no cambian, la situación actual es que la mitad del aumento del SMI se quedará en la Tesorería General de la Seguridad Social a través del IRPF.







