El consumo de la piel de frutos y tubérculos es una práctica que aporta múltiples beneficios nutricionales. Además, esto incide en la reducción del desperdicio alimentario, que es tendencia en estos tiempos.
Se trata de pieles ricas en fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes. Aportan nutrientes que pueden potenciar la salud digestiva, fortalecer el sistema inmunológico y reducir el riesgo de enfermedades crónicas.
Es bastante frecuente que las manzanas, las peras y las uvas, por ejemplo, se coman con la piel. Sin embargo, no es tan común que se elaboren preparaciones para comer con las pieles de las patatas.
Habitualmente, cuando se utilizan las patatas se lavan y se pelan y después se procede a cocinarlas. Así se procede con las tortillas o con las patatas fritas. Sin embargo, sus cáscaras pueden aprovecharse.
¿Qué tiene la piel de las patatas favorecen al organismo?
Las patatas son alimentos altamente nutritivos y versátiles. Son excelente fuente de carbohidratos complejos, lo que las convierte en una opción ideal para proporcionar energía.
Junto a ello, contienen vitaminas y minerales importantes, como la vitamina C y las vitaminas del grupo B. Son ricas en potasio, un mineral esencial para la función muscular y la regulación de la presión arterial.
Hay que saber que el poder nutricional de la patata no se agota en la materia interior que aparece una vez retirada la piel. Esta piel en sí misma es una de las partes más nutritivas. Concentra una gran cantidad de fibra y micronutientes.
El consumo de la patata con su piel permite aprovechar una mayor cantidad de vitaminas y minerales, además de favorecer la saciedad y mejorar la digestión. Esto ya es frecuente.
Sin embargo, no es tan común que se sirvan preparaciones en las que la piel de patata es la protagonista.
Algunas ideas para preparaciones con piel de patatas
Muchos cocineros se han animado a aprovechar la piel de las patatas en distintas preparaciones deliciosas y nutritivas.
- Una de estas ideas son los chips de cáscara de patata, que se sirven como deliciosos aperitivos. Se pueden hornear o freír con un poco de aceite de oliva, sal y especias. Quedan crujientes y son una alternativa muy saludable a las patatas fritas tradicionales. En algunos hogares y restaurantes, especialmente en Estados Unidos, se están sirviendo como aperitivos, acompañadas de alguna salsa.
- Salteadas en una sartén con ajo, cebolla y hierbas aromáticas, las pieles de patatas se transforman en topping crujiente para acompañar platos principales o para sopas y ensaladas.
- También hay cocineros que se han animado a preparar caldo con las cáscaras. Al hervirlas junto con otras verduras como zanahorias, cebollas y apio, aportan sabor y nutrientes al caldo, ideal para sopas y guisos.
- A medida que se difunde su utilidad y su potencial, se han comenzado a preparar tortillas de piel de patatas y cáscaras de patata rebozadas con pan rallado, queso parmesano y luego fritas.
- Fuera del ámbito de la cocina, son un excelente fertilizante en los cultivos. En estética se las emplea como un exfoliante natural para la piel. Solo es necesario frotarlas.
Precauciones al usar la piel de las patatas para preparar elaboraciones para comer
Es muy importante tomar ciertas precauciones para garantizar la seguridad en el consumo de las pieles de las patatas. Una de las principales consideraciones es el lavado adecuado de las cáscaras. Aunque en apariencia luzcan limpias, pueden contener residuos de pesticidas, productos químicos o tierra utilizados para su cultivo.
Estos residuos son tóxicos, por lo que hay que eliminarlos de la piel. Para ello se recomienza lavar las patatas con abundante agua y frotarlas con un cepillo adecuado para vegetales.
Otra precaución es estar atento a la presencia de zonas verdes en la piel de la patata. Estas áreas contienen solanina, que puede provocar problemas digestivos. Por eso es fundamental retirar cualquier parte verde.
Tomando en cuenta estas precauciones, las cáscaras de patata pueden incorporarse de manera segura a la alimentación.
