Pocos placeres hay en la vida, sobre todo en las estaciones de otoño e invierno, como el de darse un buen baño de agua caliente. Pero es un placer que puede volverse bastante costoso si en vez de un calentador de gas tenemos un termo eléctrico, como cada vez es más común en las viviendas modernas.
El avance de los termos eléctricos sobre los calentadores de gas se ha debido sobre todo a dos factores. Por un lado, que los primeros son más seguros (todavía en la memoria colectiva están frescos los accidentes mortales con calentadores de gas). Además, que cada vez hay una mayor producción de electricidad utilizando energías limpias, ambientalmente responsables.
El problema está en el coste de la electricidad, y en cómo el uso del termo se ve reflejado en la factura.
Un truco para ahorrar luz sin dejar de usar el termo eléctrico
Los termos eléctricos utilizan resistencias para mantener el agua caliente, con reguladores para activarla cuando la temperatura del agua descienda por debajo de lo programado.
Su problema, como el de las cocinas eléctricas y otros electrodomésticos que utilizan resistencia, es su alto consumo de electricidad.
Un truco bastante común para reducir el consumo de energía de los termos es mantenerlos desenchufados y solo conectarlos una hora antes de usarlo.
Esto tiene varias desventajas: tener que esperar o encontrarse sin agua caliente cuando la necesitamos, y la posibilidad de crear un problema eléctrico de tanto conectar y desconectar.
Podemos obtener los mismos resultados utilizando un “enchufe inteligente”. Con este sistema podemos programar el termo para que se active solo durante el tiempo que lo necesitamos, y se apague cuando no está en uso.
Actualmente hay modelos que se pueden activar y desactivar a distancia, utilizando una aplicación, y el consumo de los termos es casi igual al de otros equipos eléctricos presentes en la vivienda.
Otros consejos para economizar con el termo
Es importante tener claro que mantener el termo eléctrico conectado de manera permanente se va a ver claramente reflejado en la factura de la electricidad. Junto a ello, que es conveniente tomar algunas medidas para seguir contando con esta cosa tan maravillosa como es el agua caliente, sin que nos castiguen económicamente.
Una medida que siempre debemos tomar, cuando salgamos de vacaciones o un par de días de nuestra vivienda, es desconectar el termo. Por otra parte, si no queremos desconectarlo, hay que mantener el termo regulado en 50°C, para tener agua caliente sin gastar demasiado en energía.
Si tenemos adolescentes en casa, e incluso algunos miembros no tan jóvenes, educarlos para que no se echen encima hasta la última gota de agua caliente que haya en el termo.
Los baños deben ser lo más breve posible y conviene aclimatarse al agua mientras esta se calienta, en vez de dejarla correr hasta alcanzar la temperatura “ideal”.
Si estamos reemplazando el calentador de gas por un termo eléctrico, unan buena idea es invertir en uno, aunque sea un poco más caro, que garantice una mayor eficiencia energética. A largo plazo este equipo nos ayudará a reducir el gasto en electricidad.
Otras características que debe tener un buen termo eléctrico: poseer un buen material aislante, para que el agua se mantenga caliente mucho más tiempo. También que sea un termo programable, pues todavía circulan modelos que no permiten controlar la temperatura, lo que hace que consuman mayor energía. Siguiendo con lo aconsejable, usar filtros y otros accesorios en los grifos, para hacer un uso más eficiente del agua caliente.
Una última sugerencia: al comprar el termo, tener en cuenta el número de personas que lo van a utilizar. Si solo somos nosotros es suficiente uno con una capacidad de 30 litros; si, en cambio, somos 3 personas o más, conviene invertir en un termo de 90 o 100 litros.