El uso de las tarjetas de crédito se ha convertido en una herramienta esencial para facilitar las transacciones diarias. La posibilidad de realizar compras sin necesidad de llevar efectivo hace que sea un método muy cómodo, práctico y especialmente seguro. Además de su uso en cajeros automáticos.
La tecnología ha hecho posible que en estos tiempos ni siquiera haya que llevar la tarjeta para comprar con ella. Muchos bancos ofrecen la opción de vincular las tarjetas al móvil. Con él se realizan compras y se reciben notificaciones en tiempo real. El teléfono es parte de la persona, por lo cual y con esta modalidad, si el pagador o comprador tiene su smartphone consigo, tiene la tarjeta de crédito consigo.
Además, con las tarjetas se puede pagar en la mayor parte de las tiendas físicas y también en las plataformas digitales, lo que amplía las opciones de consumo.
A estas condiciones se agrega que el usuario puede pagar su consumo cada mes de diferentes maneras, sea por transferencia bancaria, por bizum, etc. Es sencillo y no ofrece complicaciones.
Es cierto que la seguridad es una prioridad de estos sistemas de uso de tarjetas, incorporando autenticación mediante PIN y uso de códigos de verificación, entre otros medios.
Sin embargo, no todos son beneficios. No hay que olvidar que detrás de las tarjetas de crédito hay sistemas bancarios que son empresas, y que, por tanto, trabajan para tener rentabilidad.
¿Por qué la OCU advierte acerca del uso de determinadas opciones de las tarjetas de crédito?
Mientras que el usuario de la tarjeta pague la totalidad de lo que adeuda cuando le llega la facturación, todo va bien y no hay mayores inconvenientes. Pero el problema está cuando la persona decide utilizar la modalidad de pago aplazado.
Es una modalidad de pago que permite pagar en varias cuotas para poder afrontar el gasto y reutilizar el crédito. Se conoce este sistema como crédito revolvente o revolving.
La Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, recomienda no utilizar este sistema de pago aplazado debido a los elevados intereses que este método suele implicar.
Aunque a primera vista dividir el pago en cuotas más pequeñas parece una solución cómoda, el coste final se vuelve significativamente mayor que el importe original. En este mecanismo, pueden aplicarse tasas de interés de hasta un 25%.
La OCU advierte que muchas personas no son plenamente conscientes de las condiciones que aceptan al optar por este sistema. Esto puede provocar un endeudamiento excesivo y prolongado que el usuario no entiende cómo se generó.
¿Qué información debe proporcionar la entidad responsable de la tarjeta cuando se usa el pago aplazado?
La ley obliga a la entidad responsable de la tarjeta de crédito a informar a los usuarios sobre las condiciones de uso de la modalidad de pago aplazado. Se debe informar:
- El importe que la persona ha pagado con su tarjeta.
- El tipo de interés que pagará por monto con el sistema de pago aplazado.
- El importe mínimo de las cuotas.
- La fecha estimada en la que se terminará de pagar el crédito, en función de la cuota que se paga actualmente y en caso de que no se vuelva a utilizar la tarjeta.
- El importe total que el usuario terminará pagando.
La entidad debe explicar cómo se calcula el coste total del crédito, incluyendo ejemplos representativos que muestren el impacto de los intereses. También se debe informar las consecuencias del impago.
La OCU aconseja utilizar las tarjetas de crédito con responsabilidad, revisar los términos del contrato y, siempre que sea posible, optar por el pago total de una sola vez para evitar costes adicionales. Entre sus objetivos, esta organización se propone ayudar a los consumidores afectados por las tarjetas de pago aplazado advirtiéndoles de sus consecuencias