Este fin de semana comienza una de las fiestas más antiguas y esperadas del año en diferentes lugares del mundo. Se trata de los carnavales, donde adultos y niños participan en desfiles y bailes callejeros, y se dan el gusto de ocultar lo que son para transformarse en un ser diferente. Como ejemplos, un superhéroe, una figura tradicional, una fantasía o una figura satírica, entre tantas posibilidades.
Sin embargo, la elección del disfraz no está exenta de algunas limitaciones, y en algunos casos puede hacer que terminemos pagando una multa, o terminar directamente en prisión. Este puede ser el caso cuando el disfraz coincide de forma demasiado fiel con el uniforme de alguna autoridad, como el de la Guardia Civil.
Podemos parecer un Guardia Civil, pero no tanto
Esta institución está usando redes sociales como X, donde aparece un hombre disfrazado de jinete, con todo y caballo, de la Guardia Civil, para advertir a los ciudadanos que no está prohibido disfrazarse como una autoridad, siempre y cuando los demás puedan saber de inmediato que se trata de un disfraz.
Otra cosa que debemos evitar, si no queremos terminar en prisión, es disfrazarnos de Guardia Civil y actuar como si fuéramos uno, solicitando documentos o estableciendo controles y retenciones en espacios urbanos o rurales.
El disfraz no debe ser demasiado fiel e incorporar al diseño señales que permitan saber que no se trata de un uniforme real. Es muy importante conocer que si tratamos de imitar a las autoridades debemos tener en cuenta que podríamos estar cometiendo un delito, el de usurpación de funciones públicas.
Qué dice el Código Penal
Otros disfraces con los que hay que tener cuidado son los de policía regional o local, policía nacional o policías militares.
Se trata de una norma que tiene bastante sentido, si consideramos que los disfraces demasiado fieles a los modelos que copian, cuando se trata de uniformes militares y policiales, se han utilizado en diferentes lugares del mundo para cometer robos y secuestros.
En el Código Penal el artículo 402 señala lo siguiente: “El que sin estar autorizado usare pública e indebidamente uniforme, traje o insignia que le atribuyan carácter oficial será castigado con la pena de prisión de uno a tres años”.
Alternativas y consejos
Si queremos disfrazarnos de una autoridad, podemos hacerlo con uniformes de otros tiempos, como los uniformes de la Segunda Guerra Mundial, o de romanos (y en algún momento deberíamos revisar esa necesidad de disfrazarnos con uniformes de cuerpos policiales o militares).
Hay otros disfraces que no están prohibidos, pero que pueden considerarse de mal gusto o de tener cargados tintes racistas y xenófobos, aunque algunos se consideran tradicionales. En todo caso, no vale la pena disfrazarse para ofender a otros cuando la idea es manifestar alegría y divertirse.
También es bueno recordar algunas recomendaciones que hacen organizaciones como la OCU cada vez que se acerca el carnaval, relacionadas con el uso de disfraces, sobre todo de los niños.
Si el disfraz es para menores de edad, evitar que tenga elementos accesorios punzantes o que puedan causarle daño, y que no estén elaborados con materiales inflamables.
También se recomienda lavar el disfraz antes de utilizarlo y, de ser posible, adquirirlo en una tienda especializada en vez de hacerlo por internet, ya que estas son más cuidadosas con el cumplimiento de las normas de la UE. De igual forma, hay que verificar en las etiquetas su procedencia y el material con el que fue elaborado.
No dejes de disfrutar el carnaval de 2025, pero hazlo de forma segura, y si te vas a disfrazar de Guardia Civil recuerda lo que te hemos dicho: hazlo de manera tal que todo el mundo sepa que no eres uno, o puedes terminar disfrazado de preso, de uno a tres años.
